¿Desgano, apatía o miedo? ¿Por qué hay personas que huyen del sexo?
Vivimos en una época hipersexualizada: las revistas, los programas de televisión y hasta los médicos se encargan de pregonar los beneficios del sexo y estimulan al mundo para que nadie se pierda un minuto de disfrute.
Sin embargo, a pesar de la buena prensa, hay personas que evitan los encuentros sexuales a toda costa.
El trastorno puede afectar a hombres o mujeres y no es, como muchos creen, una problemática de la tercera edad: desde adolescentes hasta ancianos. A cualquiera le puede tocar el desgano. ¿La razón? Muchos especialistas coinciden en que se trata del miedo a perder el control.
Alrededor de 4 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 hombres sienten en algún momento aversión al sexo, según un informe de la Sociedad Médica Norteamericana. Resulta un trastorno del deseo cada vez más frecuente en las consultas sobre sexología. El primero en hablar acerca de esta patología fue el doctor Patrick Carnes en su libro Anorexia sexual, publicado en 1997. Carmes definió la anorexia sexual como “un estado obsesivo en la cual, la tarea física, emocional y mental de evitar el sexo, domina la vida de alguien”.
No se trata de no tener ganas un día o de pasar por un momento de baja líbido, algo usual en las parejas de larga data, en los contextos de estrés o en las épocas de vaivén hormonal, como la lactancia o el embarazo. El gran problema se da cuando la negativa a la sexualidad se vuelve el centro de tu existencia. Así como las personas anoréxicas evitan la comida hasta el punto extremo de la muerte, aquellos que tienen anorexia sexual huyen del sexo como si fuera el peor de los males.
Las personas conflictuadas con la sexualidad no sólo evitan las relaciones genitales con una pareja, sino que tampoco se masturban con libertad porque sienten altos niveles de culpa y también tiene dificultades para relacionarse y comprometerse a nivel emocional. “Los anoréxicos sexuales son aquellas personas que para evitar la intimidad, evitan cualquier tipo de vínculo más profundo”, explica la psicoterapeuta Natalia Guerrero. “Un anoréxico evita comer porque se siente más gordo de lo que es, un anoréxico sexual es alguien que evita el contacto sexual porque tiene aprensiones de carácter psicológico”.
En muchos casos, la anorexia sexual está asociada a otras patologías, como la depresión, el hipotiroidismo, los trastornos obsesivos o el estrés postraumático, sobre todo luego de un abuso o violación. Independientemente de la causa, los síntomas son los siguientes: pensamientos perseverantes y obsesivos, rigidez en el comportamiento, pobreza y dificultad en la expresión emocional, fuerte tendencia a la autoexigencia, cuerpo negado a las experiencias placenteras, miedo exagerado, vergüenza del cuerpo, ansiedad, etc.
Por otro lado, están aquellos que sí desean tener una sexualidad plena pero no lo logran porque tienen fobias y rechazo hacia el cuerpo propio y ajeno. La frustración es muy alta y repercute en la calidad de vida, a nivel físico y psíquico.
Por eso, lo ideal es consultar a un especialista para encontrar la mejor forma de abordar el problema, atacando el origen del rechazo y así superar los temores y poder llevar una vida sexual sana y satisfactoria.