Enfermedad de la fascitis plantar; síntomas y tratamientos (VIDEO)

La fascitis plantar consiste en la inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido elástico que se extiende desde el calcáneo hasta la zona metatarsal, situada delante de los dedos.

Esta estructura tiene una función esencial en el caminar, pues es una de las principales responsables de mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo. Además, se encarga de proteger los metatarsianos evitando un exceso de flexión de los dedos.

Esta lesión es la más común entre los deportistas y suele producirse sobre todo en corredores de fondo o en jugadores de baloncesto, por tener que hacer largas carreras sobre una superficie irregular.

Este trastorno se produce de forma bastante habitual en pacientes jóvenes y deportistas. En aquellos que no practican deporte con asiduidad suele presentarse a partir de los 45 años.

“La fascitis plantar se debe a la reiteración de correr unido a una mala pisada en una superficie dura y uniforme.

También puede estar causada por un pie cavo, un pie vago o un exceso de curvación que provoca la inflamación de la fascitis”, explica Ángel de la Rubia, presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva (Aepode). Otras posibles causas de este trastorno son la debilidad muscular, la mala sujeción del calzado o un aumento repentino de la actividad física o del peso.

Evalúa tus sintomas

Síntomas
El síntoma principal de esta lesión es el dolor que se produce en la zona interna del talón, la parte en la que se inserta la fascia plantar, y que suele manifestarse más intensamente por las mañanas debido a la rigidez matutina de la fascia, que por la noche se acorta. El dolor suele ir acompañado de hinchazón leve, enrojecimiento y sensibilidad en la parte inferior del talón.

En el caso de los deportistas, el dolor solo aparecerá por la mañana y tras la práctica de la actividad deportiva por lo que, en general, podrá seguir realizando la actividad.

Prevención

No es necesario esperar a sentir dolor para empezar a prevenir no solo la fascitis, sino muchas otras enfermedades que pueden desencadenarse por una pisada incorrecta. “En primer lugar, saber qué tipo de pie tiene el deportista. Para ello es fundamental ir al podólogo deportivo para que este le haga un estudio de la pisada”, indica de la Rubia.

El objetivo de los estudios que se realizan en las tiendas de deporte es asesorar al cliente sobre el tipo de zapatilla más indicada para este y, por lo tanto, no tiene ninguna validez clínica. Después de detectar el problema concreto de pisada del paciente, el podólogo le prescribirá una plantilla personalizada que podrá adaptar perfectamente a su calzado. “Las plantillas no son solo para proteger la estructura del pie, sino para preservar el equilibrio de todo el cuerpo”, aclara el experto.

Diagnóstico
En cuanto el paciente empiece a notar los primeros síntomas, probablemente aquellos asociados al dolor en la base del talón, los expertos recomiendan acudir lo antes posible a un especialista, pues es probable que si no se trata la fascitis se vaya cronificando hasta el punto de que el paciente se vea obligado a limitar la práctica deportiva e incluso el andar de forma normal.

El diagnóstico se realiza mediante la historia clínica y la exploración física. A través de este examen se determina la fase en la que se encuentra la fascitis plantar del paciente.

A continuación, el podólogo realizará un estudio de la pisada o la marcha del paciente y valorará si la inflamación de la fascia está relacionada con su forma de pisar.

Tratamientos
El tratamiento inicial suele consistir en la combinación de antiinflamatorios con diferentes tratamientos de fisioterapia dirigidos a aliviar la inflamación de la fascia en la fase aguda de este trastorno.

Si tras el examen de pisada el podólogo determina que la inflamación de la fascia se debe a un trastorno en la planta del pie, habrá que diseñar y fabricar una plantilla personalizada que permita liberar la fascia y así, una vez se alivie la inflamación de esta estructura, el paciente pueda retomar la actividad con menos probabilidad de recaída.

“Con las plantillas adecuadas se pueden resolver hasta el 90 por ciento de los casos de las enfermedades que tienen que ver con la fascitis plantar”, afirma de la Rubia.

En los casos en los que hay que recurrir a la cirugía, esta ya no es tan invasiva como era antes, pues ahora a través de la ecografía es posible saber con exactitud el lugar en el que se debe actuar, y por ello se logra liberar la fascia de forma satisfactoria la mayoría de las veces.

Sin embargo, como en toda operación, existe riesgo tanto de infección como de n

Te podría interesar

Deja tu comentario

Populares