Con una vida por delante, esta carismática mujer de Matamoros, México, se enteró que tenía cáncer. Un diagnóstico que hasta al más fuerte lo haría temblar.
Salazar recuerda perfectamente lo que el médico le dijo tras la mala noticia. “Pueden pasar dos cosas. La primera es que a lo mejor te vas a morir.
La otra es que vas a vivir pero, vas a quedar fea, deforme, sin dientes, con la cara sumida”, expresó esta valiente mujer con una paz sorprendente.
Sucede que el cáncer ya había afectado su rostro, específicamente el área maxilar derecha. Por lo tanto, tuvieron que extirparle parte del pómulo pero se lo reconstruyeron.
En un inicio todo salió bien con la operación y Salazar decidió casarse para continuar una vida normal. El destino, sin embargo, le tenía otra prueba que debía superar.
A dos días de contraer matrimonio comenzó a recibir quimioterapia.
“El dolor era demasiado, no dormía. No aguantaba el dolor tan fuerte en la cara”, afirma. Resulta que no había circulación sanguínea en el área que le reconstruyeron.
Según los médicos, Salazar fue el primer caso de sarcoma y ciosistoma fibroso que se presentaba en México y al parecer ya se habían agotado todos los recursos médicos.