Suben casos de desnutrición en los hospitales y clínicas

El vicepresidente del Colegio de Médicos del estado Zulia, José Oberto, explicó que en los centros de salud públicos existen unidades de desnutrición, pero â??trabajan con las uñasâ?.

Su abdomen pronunciado, sus ojos saltones, la piel reseca y la delgadez de sus piernitas y bracitos hablan por si solo del diagnóstico de Daniel David (nombre que ofreció su madre Arigna Paz). Su evaluación médica no es oficial, pero su estado físico lo califica de un niño desnutrido. Apenas tiene dos años recién cumplidos, solo come dos veces al día.

En la mañana, casi al tocar el reloj el mediodía, su progenitora le da de comer un puñado de arroz con un vaso de agua. Su mano es la medida para â??estirarâ? el medio kilo de carbohidratos que comparte con los otros cuatro hermanos de Daniel. Todos son mayores que él, pero ninguno llega a los 12 años.

â??Yo no tengo cómo darle los tres platos de comida completos a los muchachos. Nos alcanza solo para el arroz, y hay que rendirlo por lo menos para dos o tres comidasâ?, contó Arigna.

Así como Daniel David, quien vive en el sector Las Peonías, en la parroquia Ildefonso Vásquez de Maracaibo, hay otros niños que son llevados a las emergencias de los hospitales de la capital zuliana por diarreas, neumonías, y otras enfermedades, pero la realidad es que estas patologías surgieron como consecuencia de la desnutrición del menor.

A pesar que el pequeño Daniel entra dentro de las cifras de desnutrición, se desconoce los números oficiales en el país. En 2012, Venezuela se ubicaba entre los cinco países de la región con las cifras más bajas de desnutrición infantil en menores de 5 años. Entre 1990 y 2009, el índice de subnutrición disminuyó en 58%, pasando de 7,7% en 1990 a 3,2 % en 2009.

Según el último informe de la Unicef â??Estado Mundial de la Infanciaâ?, publicado en junio de este año, el país tiene una tasa de mortalidad de menores de cinco años de 15 infantes por cada mil nacidos vivos. Este número para menores de un año (tasa de mortalidad infantil) se ubicó en 13 por cada 1.000 pequeños nacidos con vida.

Las cifras nacionales aún no se han dado a conocer; sin embargo, en los barrios de las zonas periféricas de Maracaibo y en algunos centros de salud se encontraron niños que solo comen dos veces al día, e incluso, una sola vez.

Una enfermera del área de pediatría del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), quien no ofreció su nombre, precisó: â??En el servicio que me tocó rotación tenemos 17 niños, de ese total nueve tienen algún grado de desnutrición. Pero por piso, la proporción es casi siempre esa, de un 50%â?.

â??Hay niños hospitalizados que no se quieren ir del hospital, porque aquí al menos comen tres veces al día. Y las madres que de la comida que dan en el hospital, le dan al hijo hospitalizado y si queda algo lo envían a los hijos que están en la casaâ?, contó.

Esta semana, el diputado de la Asamblea Nacional (AN), Juan Pablo Guanipa, denunció los 19 pequeños desnutridos que están hospitalizados en el Hospital Chiquinquirá.

La jefa del postgrado de pediatría del HUM, María Rossell, explicó que ellos no manejan cifras oficiales, porque hay cierto retraso con estas, pero que â??con los contactos que se tiene en cada centro de salud sí hemos visto que el aumento es importanteâ?.

Anteriormente, los hospitales recibían casos que venían casi exclusivamente de la Guajira, pero ahora están llegando niños desnutridos de Perijá, La Cañada de Urdaneta, de la COL y de la zona noroeste de Maracaibo.

La jefa del postgrado de pediatría del Hospital Adolfo Pons y gastroenteróloga infantil, Danielinne Villalobos, precisó que hay un incremento significativo de casos de â??desnutrición proteico energética, y ha aumentado en el último año, tanto a nivel público como privado, que es lo preocupanteâ?.

Astrid Ospino vive en el sector Las Tuberías de Maracaibo. Ella tiene tres niños y está esperando su cuarto bebé. â??A los niños les estamos dando el almuerzo-desayuno a las 2:00 de la tarde; en la mañana solo un agua con arroz para que se sustenten, y en la noche pasta para que aguanten. La carne y el pollo no se lo damos desde hace más de seis meses, por lo caros que estánâ?.

La enfermera del Universitario precisó que las madres están dándole a los hijos lo que encuentran a la mano. â??Cualquier tipo de leche sin importar la edad del niño, pastas de vaca, agua de arroz. Cuando se le pregunta cómo le preparan los alimentos es común escuchar que en una olla de agua, le echan de tres a cuatro cucharadas de leche, otras solo crema de arroz y con eso preparan los teteros de todo el día. Lo ideal es por cada dos onzas de agua se le coloca una cucharada de lecheâ?.

Las consecuencias de una desnutrición grave no tienen posibilidad de â??retrocesoâ? en el menor. El vicepresidente del Colegio de Médicos del estado Zulia, José Oberto, enfatizó que la más grave de todas en el déficit que origina esto en el desarrollo cognitivo del infante, porque â??un niño malnutrido por períodos prolongados es un niño que va crecer sin un desarrollo cerebral adecuado, trayendo consecuencias en su aprendizaje natural y a nivel escolarâ?.

En los hospitales existen unidades de desnutrición, pero según explica Oberto â??trabajan con las uñasâ?. â??Los niños mejoran y regresan a sus sitios de origen, pero vuelven de nuevo al centro de salud por lo mismo, porque es que en casa no tienen qué comerâ?.

La especialista del HUM, María Rossell, precisó que las complicaciones que surgen en estos infantes son muchas, pero la más común son episodios de diarreas frecuentemente.

â??Los pediatras sabemos que la diarrea y la desnutrición van de la mano, porque el desnutrido se enferma más de diarrea que cualquier otro niño y la diarrea produce más desnutrición. Allí se nos presenta un â??matrimonioâ?? que es difícil que se disuelva y está ocasionando situaciones muy complejas en los pequeñosâ?, explicó Rossell.

La gastroenteróloga infantil Danielinne Villalobos sumó otras consecuencias en el infante como â??alteraciones de piel, lesiones oculares, déficit en la captación de calcio que le puede ocasionar todas las manifestaciones a nivel óseo. Muchos de estos niños cursan con anemias, que puede causar una insuficiencia cardíaca. También presentan alteraciones proteicas y a nivel de hígado, y las diarreas son provocadas porque hay atrofia de las vellosidades intestinales, y se vuelven crónicas convirtiéndose en un círculo viciosoâ?.

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