Unos 50 residentes de un hogar para personas con problemas de alcoholismo reciben una medida de vino con objetivos medicinales.
El tratamiento usual para el alcoholismo crónico es la abstinencia. Sin embargo los residentes de Oaks, un hogar permanente para las personas que tienen graves problemas con el alcohol, reciben una medida de vino en intervalos de una hora a lo largo del día.
Los médicos de Oaks, situado en la capital de Canadá, Ottawa, llevan a cabo un programa de alcohol gestionado para cambiar el comportamiento de consumo de los adictos.
Más de 50 residentes de Oaks reciben su primera dosis de vino con un 13% de alcohol a las 7.30 de la mañana y les dan la última a las 21:30 de la noche.
Si alguien muestra signos de intoxicación, no le sirven el vino y "le piden que vayan a su habitación a tomar una siesta", comentó Lucía Ali, una de las trabajadoras de Oaks.
"La idea era que si podíamos estabilizar la locura de sus vidas, entonces tal vez podríamos hacer incursiones con su salud mental, la adicción al alcohol y sus enfermedades físicas", explicó a la cadena BBC el doctor Jeff Turnbull, el jefe de personal del hospital de Ottawa.