5 secretos para un beso inolvidable

Para las parejas enamoradas, los besos aportan romanticismo, dulzura, ternura y mucho erotismo en la relación; así, promueven momentos íntimos y únicos.

Muchas veces el problema es que los besos dejan de ser frecuentes cuando las parejas tienen mucho tiempo juntas y sienten que su relación es monótona o aburrida.

Por ello, les invito a pensar qué tan importante es el beso en su vida, hace cuánto que no da o le dan uno bueno, y por qué.

Todas las personas recordamos nuestro primer beso, pues marca el inicio a una vida erótica y sexual distinta.

También recordamos el primer beso con nuestra actual pareja o con la última que tuvimos, queda grabado el contexto en el cual se realizó y la intensidad que vivimos.

Sin embargo, no muchos recuerdan el último beso erótico, el último beso apasionado. Se vienen a la mente los besos robados o aquellos jamás dados.

También recodamos los malos besos, aquellos que fueron dados a la fuerza, que fueron llenos de saliva o muy intrusivos; esos que evitamos debido al mal aliento de la pareja, a algún daño que sentimos con los dientes, o manos incómodas, etc.

En suma, los besos son de mucha importancia en las relaciones amorosas, porque representan la puerta que permitirá que sucedan cosas más intensas, eróticas y apasionadas; o por el contrario, que todo quede allí nomás.

La mayoría de las veces, el beso es el casting para saber si una relación va o no va.

Previamente a todo encuentro sexual, los besos deben tener un lugar importante, ya que ayudarán mucho al goce y placer durante el coito.

Los besos en la boca, cuello, rostro, hombros, brazos, pechos, piernas y todas las partes del cuerpo, son la columna vertebral de los juegos sexuales previos.

Sin buenos besos no hay una buena excitación, por eso son un potente estimulante erótico.

1. Ambiente adecuado. Un espacio íntimo, privado, que brinde seguridad es el primer paso para poder dar un buen beso.

Toma en cuenta la iluminación intermedia y la música de fondo para encender el ambiente. Evitar distractores.

2. Prepara el cuerpo. Para dar un beso necesitamos que nuestra boca sea la protagonista, por eso hay que asegurarnos de tener un buen aliento (asearse los dientes o llevar caramelos de mentol) y si tenemos la boca seca hay que hidratarla al igual que los labios.

Además hay que buscar un ambiente donde ambas personas estén cómodas: sofá, cama, jardín, o estar de pie según el caso pero siempre cómodos.

El cuerpo manifestará todo lo que sentimos en el beso, por eso hay que dejarlo actuar.

3. Actitud. Los besos se sienten y se disfrutan, por eso, uno tiene que sentirse relajado e intentar dejar de lado esa ansiedad que puede abordarnos (sobre todo en el primer beso).

Una buena técnica es respirar profundamente y botar el aire por la nariz.

Abre tus cinco sentidos para poder sentir al máximo. Las manos juegan un rol importante, puesto que deben acariciar: rostro, manos, brazos, espalda, caderas, etc.

4. Usa tu fantasía. Si has imaginado el mejor beso de tu vida, entonces evoca ello en la imaginación, cierra los ojos y disfruta. Sentirás que ello sucederá cuando estás besando. El secreto está en olvidarse del mundo.

5. De menos a más. Los besos deben empezar suaves, lentos e ir subiendo su intensidad de a pocos, y de acuerdo a cómo sientes que la pareja lo permite.

Introducir la lengua en un primer intento o emitir mucha saliva pueden ser generadores de rechazo más que de placer.

No todas las personas reaccionan de la misma forma ante un beso. Por eso, lo mejor es ir calibrando la intensidad idónea. Eso lo descubrirán.

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