¿Comprar alimentos orgánicos ayuda realmente al cuidado medioambiental?

Esta es una teoría que seguramente sacará ronchas en los que consumen este tipo de alimentos.

Una persona que se alimenta comúnmente de comida hecha a nivel local, probablemente te dirá que es mucho mejor para el planeta que si lo haces en tiendas o supermercados.

Con local, nos referimos a todos esos alimentos que están elaborados por pequeños productores, cultivados de manera más artesanal y no con procesos industriales.

Dentro de eso entra la comida orgánica, parte de una corriente de alimentación que ya lleva varios años encantando a más personas que predican sus beneficios.

Lo que sí podemos discutir, es si el beneficio es mayor para nosotros que para el planeta. Este artículo publicado en el portal Psychology Today y escrito por Nigel Barber habla sobre ello y hace un desglose de los pros y los contras de consumir alimentos locales.

Intuitivamente, suena más lógico que la comida local y orgánica es mejor en todo sentido, pero hablemos del aspecto práctico.

En términos de producción, se podría pensar que a menor escala, el impacto es más bajo para el entorno. Sin embargo, por cada unidad que se produce en las cosechas locales, la cantidad de energía implementada es mayor.

El transporte y la distribución también entran en esa dinámica: mientras menos unidades produzcamos, la distribución va a ser más personalizada, y aunque esto sea un plus para muchos en términos de relación con el cliente, por el lado práctico no es muy conveniente (más viajes, más combustible, más emisiones).

Para producir comida a nivel local, se necesitan materiales más específicos y eso significa más costos para el productor. Aunque los clientes se beneficien y consuman comida más natural y menos procesada, el planeta aún no ve los pros.

Los productores locales se benefician de su trabajo porque conlleva una interacción profunda con lo que se hace, eso también crea una sensación positiva de los que las consumen. Pero eso sigue siendo un beneficio para las personas, no el planeta.

Lo que cuestiona el artículo de Nigel Barber no es si los alimentos orgánicos o locales son buenos o malos para las personas, sino que esa tendencia a creer que por hacerlo, se está ayudando al medio ambiente.

¿Qué piensan ustedes al respecto?

Fuente: Veo Verde

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