Ciertamente la bondad está dando vueltas sin tener un rostro en particular.
Aparece justo cuando alguien la necesita y sólo deja rastros por el camino de aquellos que están pidiendo una ayuda, un deseo en sus corazones… Tal vez fue el mismo deseo que tenían estos 2 hermanitos que se asomaron un día por la ventana del hotel Sabrina, en la ciudad de Malappuram, India.
Sólo que esta vez se encontrarían con otra realidad…
Esa noche Akhilesh Kumar se sentó a comer en el restaurante del hotel Sabrina cuando se encontró que, del otro lado del vidrio, lo miraba la cara triste y desalineada de un pequeño niño que no podía quitar sus bellos ojos del plato de Kumar.
Rápidamente este buen hombre le hizo señas con sus manos para que ingresar al hotel.
El joven niño indicó (con gestos) que no se encontraba sólo y señaló a su pequeña hermana quien estaba fuera de la vista de Kumar.
Fue allí cuando él les indicó que ingresaran de todos modos al restaurant.
Al llegar, el hombre les preguntó “¿Qué es lo que deseaban cenar?”. Ellos, sin demorar en su respuesta, indicaron que deseaban “lo mismo que él estaba comiendo”.
Su hermanita miraba a ambos lados con ansias y deseos esperando la llegada del mozo y el plato de comida.
Sus ojos parecían abrirse cada vez más cuando detectó a lo lejos al mozo que se acercaba a la mesa con su pedido. Sin embargo fue su hermano quien le recordó que fueran a lavarse las manos antes de comer.
Luego de la cena, saludaron cortesmente y se retiraron sin demasiada conversación.
Pero la sorpresa de Kumar no tardó en llegar pues, cuando pidió la cuenta del restaurante esta no sólo se encontraba en cero, sino que lo acompañaba una nota que decía: “No tenemos una máquina que pueda cobrar la humildad. Que buenas cosas le acompañen”.
Sin ninguna duda la humildad y los buenos gestos abundan en forma silenciosa y desinteresada como fue el caso de los dueños del restaurant y de este hombre de nombre Akhilesh Kumar.
Pero ciertamente está poblado de personas similares a Kumar que desean ayudar a otras personas en momentos críticos y de necesidad extrema. Solo es cuestión de abrir el corazón para poder verlos…