¡Abre tu vida al cambio en 2016!

Reflexión, esfuerzo, optimismo y paciencia se requieren para alcanzar sus metas y vivir cada día mejor.

Por estos días que nos disponemos a recibir el nuevo año, abrirnos al cambio es un gran aporte para alcanzar satisfactoriamente nuestros propósitos.

Las decisiones de cambio van desde transformar situaciones de vida que nos hacen daño y no nos dejan avanzar, así como mejorar nuestro carácter, liberarnos de una adicción, mejorar la comunicación con los hijos o incluso dejar ese trabajo que no nos satisface o disfrutarlo más.

Sin importar cuál sea el caso, el común denominador es que los cambios deben tener un sentido positivo, añadir valor y estar orientados a mejorar la vida propia y la de las personas que nos rodean.

Qué lo hace difícil

Muchos aspectos confabulan a la hora de generar cambios constructivos o mantenerlos de manera sostenida en el tiempo: el miedo, la falta de información, la resistencia a experimentar cosas nuevas, entre otros. Pero dos de los más comunes giran alrededor de las creencias y de las actitudes de comodidad. Las primeras son afirmaciones por lo general mentales que asumen como verdadero el conocimiento o experiencia acerca de un suceso o situación. Dichos populares del tipo ‘árbol que crece torcido nunca la rama endereza’ o ‘loro viejo no aprende a hablar’ dan cuenta de esto, porque sabotean el cambio y hacen pensar que no es posible.

El segundo aspecto está relacionado con el hecho de que, con frecuencia, las personas se instalan en una zona de confort, y para llevar a cabo un cambio importante es necesario desprenderse de la comodidad.

En muchos casos ese statu quo proporciona bienestar y tranquilidad, pero en otros paradójicamente, a pesar de producir malestar, dolor o sufrimiento, nos resistimos a abandonarlo. Nos acostumbramos a estas sensaciones, las conocemos y eso resulta más cómodo que emprender un cambio. Dejarse sentir un poco de incomodidad no es tan terrible y nos ayuda a crecer y a movernos hacia lo que queremos.

Qué se requiere para lograrlo

Cambiar exige abandonar hábitos, costumbres y dependencias. Desprenderse de lo que amamos, necesitamos o deseamos, aunque signifique encontrar algo mejor, supone en muchos casos una cuota de dolor y sacrificio que representa costos emocionales.

Por eso, tener conciencia de los hábitos, actitudes e incluso valores que debemos cambiar exige en primer lugar reflexionar, evaluar y reconocer lo que no funciona o no nos está haciendo bien. No es realista querer cambiarlo todo al tiempo. Los objetivos deben ser claros y específicos, alcanzables y enfocados en las acciones, relevantes y orientadas a los resultados.

Tomar la decisión

La mayoría de las veces, las intenciones de cambio están acompañadas de buenos deseos. Pero solo desear no basta, se requiere intención y compromiso. Esto exige hacer lo que nos proponemos en fechas y tiempos previamente definidos. Si lo aplazamos es cada vez más difícil empezar. Sumado a esto, cambiar es un proceso que sucede por etapas. Por eso el ir realizando pequeñas pero significativas acciones cada día es una opción que puede hacer más cercano el logro.

Una visión optimista

Además, es importante enfocarse en lo que se tiene para continuar avanzando, darse el mérito de lo que ha cambiado, agradecer por lo que se tiene, y experimentar las emociones positivas que generan los logros alcanzados como la satisfacción y el orgullo. Esto lo motivará a seguir adelante.

El verdadero cambio comienza en uno y en definir cuál es la contribución propia a lo que sucede. El lugar donde mayor influencia podemos tener es en nosotros mismos. Elegir cambiar es una acción personal que implica asumir las responsabilidades, pero también las ganancias.

Aceptar con paciencia

Para aumentar su capacidad de manejar el cambio no hay nada mejor que aceptar sus circunstancias actuales, sin ejercer resistencia. Esto no implica resignarse, sino redistribuir el caudal limitado de energía que posee y evitar en parte el sufrimiento.

- Los cambios no ocurren de la noche a la mañana, es un proceso que se da poco a poco.
- La convicción de que es posible aprender a evaluar los obstáculos, los fracasos o las limitaciones como las oportunidades para corregir y avanzar permite ir a paso más seguro con mejores resultados a largo plazo.

Fuente: El Tiempo

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