Quizás suene a película de ciencia ficción pero la ciencia avanza a pasos agigantados y no deja de sorprendernos…
El equipo de trabajo de la Universidad de Carolina del Norte y Chapel ha creado unos pequeños robost de metal líquido para combatir el cáncer y ya han comprobado los resultados a nivel experimental.
¿De qué se trata?
Se trata de unos robots diminutos que se inyectan dentro del organismo y comienzan de inmediato a detectar y eliminar las células cancerígenas. Luego, se disuelven dentro del cuerpo sin dejar rastros.
¿Cómo actúan estos nanorobots?
Ciertamente estos novedosos robots no destruyen el cáncer por sí solos. Dentro de estos diminutos terminators se encuentra un fármaco que se utiliza a menudo en quimioterapia: duxorrubicina o hidroxildaunorrubicina (conocida en el mercado farmacológico como Dox o adrimicina)
El trabajo que realizan estos destructores del cáncer es en conjunto: por un lado los nanorobots detectan las células enfermas y luego inyectan el fármaco dentro de las células.
Los tarminators se inyectan en el organismo a través del torrente sanguíneo mediante el cual viajan hasta detectar las células dañadas.
Son las mismas células enfermas quienes, producto de su acidez disuelven el metal de los nanorobots. Así permiten el paso del fármaco que contienen los robots miniatura.
¿Y luego que ocurre?
Tras cumplir con su objetivo, estos robots se disuelven en el torrente sanguíneo en cuestión de días pues estan hechos de metal liquido sin dejar residuos tóxicos en el organismo.
Aunque aún se trata de un experimento probado sólo en laboratorio, los propios pacientes, familiares y cuerpo médico no dejan de sentirse entusiasmados por este prometedor descubrimiento que resulta ser mucho menos invasivo que los actuales. Pero como todo experimento habrá que esperar el tiempo prudencial hasta que se realicen las pruebas que confirmen dicho avance científico.
Tal vez en un corto lapso podamos decir que los progresos científicos han vencido definitivamente el cáncer… Pero habrá que ser paciente sin perder nunca el optimismo.
