Empiezas a salir con una persona que te gusta mucho, llevan ya un tiempo viéndose pero parece que la cosa no evoluciona. A veces dan un paso para delante y varios para atrás, pero eso te sirve para seguir enganchados.
Sé sincero/a contigo mismo/a, ¿crees que está jugando contigo?.
En tu cabeza lo más lógico es hablarlo y resolver en qué punto está vuestra relación y en la de tus amigos también es lo más obvio pero cuando tratas de hacerlo te mira como si esa conversación estuviese totalmente fuera de lugar.
No quiere ni oír hablar del tema y se crean situaciones realmente incómodas con lo cual, al final, dejas de intentarlo.
Si cualquier persona leyera los mensajes que te manda, lo que te dice cuando estan solos y todo lo que te promete no tendría ninguna duda en que hay amor entre ustedes. El problema es que esas promesas siempre quedan en nada y sus actos no corresponden con sus palabras…nunca. Es muy fácil hablar.
No tiene el menor interés en formar parte de tu vida y te lo demuestra rechazando cualquier oportunidad de conocer a las personas importantes para ti. Ni hablar de conocer a la familia pero tampoco quiere conocer a tus amigos. Si los conocía de antes, se comporta cuando están juntos como un amigo más.
Si no conocías a su grupo de amigos tampoco parece que eso vaya a cambiar pronto.
Si hace planes con sus amistades tú simplemente no estás incluido/a. Dudas de que ni siquiera sepan que existes, al menos no como una pareja. Si ya les conocías delante de ellos hará muchos esfuerzos porque nadie piense que tenéis una relación.
En su Facebook sigue poniendo “soltero/a” y nunca cuelga fotos de los dos ni publica nada que haga pensar que sois pareja. Tampoco en el resto de las redes sociales. Incluso a veces cuelga cosas que dan a entender que no tiene compromisos o que disfruta de su soltería.
Si le preguntas te dirá que no utiliza las redes para nada personal, pero la verdad es que no lo parece.
Te llama un sábado por la noche para quedar, o recibes un mensaje suyo a altas horas de la madrugada, parece que está deseando verte…y casi siempre caes.
Normalmente los fines de semana tiene otros planes pero si estos fallan vendrá a ti sin dudarlo. Te gustaría rechazar esas citas cuando tienes claro que eres el segundo plato, pero la verdad es que tienes muchas ganas de quedar.
El típico truco de no prestar atención a alguien para que se fije en ti sí que funciona. A ti te parecerá que eso es buena señal pero no es así, sobre todo si después de eso todo vuelve a la normalidad.
Simplemente le resulta muy cómoda vuestra relación y no quiere perderla, pero eso no significa que quiera que avance a algún lado.
Llegan las vacaciones y ante tu tímida pregunta de cuáles son sus planes o bien te dice que no lo sabe porque no puede planear por el trabajo o bien le ha salido un viaje ineludible con amigos que no puede rechazar y en el que, por supuesto, no estás incluido/a.
El caso es que no hace el mínimo esfuerzo para cuadrar sus planes con tu tiempo.
Le encanta hablar de la libertad, la soltería, el vivir el momento presente, el disfrutar de la vida sin pensar en el futuro…muy hippie todo pero casualmente nada de eso cuadra con la idea de una relación contigo como la que tú quieres.
Ten claro que si quisiera algo serio no recalcaría tanto lo bonita que es vuestra relación tal como es ahora…es decir, a su manera.
Estás leyendo esto y, a tu pesar, te sientes identificado/a. Además tus amigos te lo dicen continuamente pero tú excusas su comportamiento.
Dices que ha sufrido mucho, que seguro que tiene miedo a enamorarse, que no tiene las cosas claras, que es cuestión de tiempo, incluso que tú tampoco quieres nada serio… ¿te suena? Es mejor que seas sincero/a contigo mismo/a y frenes esto cuanto antes.
Fuente: Yahoo