¿Por qué será que las connotaciones de un enlace suelen ser tan diferentes dependiendo de la persona? Existen algunos mitos como que la mujer suele disfrutar más de la idea del matrimonio y estar más predispuesta, mientras que el hombre lo suele tomar como un símbolo de atadura. Pero lo cierto es, precisamente, que los mitos son eso: mitos.
No obstante, en la mayoría de los casos, esos mitos tienen el peso de preocupar porque se creen ciertos y, la verdad es que no hay nada establecido en una relación de pareja ni en ningún otro aspecto de nuestra vida.
Tenemos el poder de cambiar cualquier cosa que no nos guste y construir la vida conyugal que realmente deseamos en compañía del ser amado. Así que te vamos a contar algunos de estos mitos para que los identifiques y seas consciente de que para nada tiene que ser tu caso. ¿Listo para romper con ellos?
1. Ahora estás atado de por vida, se acabó la diversión
¿Cómo es posible pensar esto? Pues hay mucha gente que, por desgracia, así concibe el matrimonio: como un estado de atadura en el que se acabó la diversión y ya no puedes hacer mucho más que ponerte serio y sentarte a ver la televisión o, como mucho, rezar por poder escaparte de farra con tus amigotes algún viernes de noche y que tu pareja no se enfade contigo.
Destierra este pensamiento ya. Lejos de estar atado, al convivir con tu pareja tienes precisamente la oportunidad de compartir toda la diversión con la persona que amas. Así que las nuevas opciones son lanzarse a la calle, viajar, reír, descubir aficiones juntos y hacer el loco porque, a fin de cuentas, ¿no se supone que le has elegido porque es tu media naranja?
2. No sin mi hijo
Este es un mito totalmente inculcado y heredado durante siglos por parte de la sociedad. Es de esas cosas que se dan por hecho sin nisiquiera plantearlas pero, lo cierto es que aunque no lo creas, tener hijos es una opción. No puedes tener hijos porque es lo que la sociedad o la familia espera.
Deberíamos pararnos a pensar si realmente lo deseamos y si de verdad estamos en una posición equilibrada a nivel emocional, económica y afectiva como para criar hijos. Así que recuerda, tú decides, no tienes ninguna obligación.
3. La sexualidad será monótona
Este es otro de los mitos que deberías romper por completo. La rutina diaria puede ser demoledora en el aspecto del deseo, por eso te prevenimos con antelación. También es cierto que convives con la persona que amas y que la confianza alcanzará su nivel más elevado.
Esto te puede dar pie a proponer cosas que nunca antes se habían hecho y a propiciar más que nunca la magia. A fin de cuentas todo es mental y la perspectiva de todo esto debería ser, por encima de todo, lo afortunado que eres de compartir tu vida con la persona más especial del mundo.
4. Se acabaron los mimos de mamá
Pues sí. Se acabaron los mimos y cuidados de tu amada madre que, con tanto amor, se dedicó a malcriarte los últimos 34 años de tu vida haciendo por tí todas las tareas que deberías haber estado haciendo tú. Realmente es el momento de que te enfrentes a pagar las facturas, limpiar el aseo o llamar al fontanero.
Esto es duro pero te hará crecer como persona y madurar también. Por suerte no es un adiós, tu madre estará cerca de tí toda la vida y será mucho más especial cuando cada domingo que vayas de visita te prepare tu comida favorita, te colme de arrumacos, te riña por no abrigarte y hasta te peine con su propia saliva. Awww.
5. No podremos con los gastos
La principal contradicción de este mito es que ahora son dos y, por tanto, son más los gastos pero también los ingresos. Lo que sí es cierto es que hay que ser responsable. Seguramente ninguno de nosotros llegaríamos a casarnos y comenzar una convivencia sin cierta solvencia pero, entendemos, que has tomado una buena decisión, coherente y consecuente y que podeis permitíroslo en este momento.
En ese caso no hay nada que temer, es posible que al princpio haya que adecuarse a costumbres y gastos y llegar a modificar algunos hábitos pero te aseguramos que en unos meses esto no supondrá ningún tipo de problema. Así que no tengas miedo y adelante.
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