¡No te comas todo! Tips para evitar el atracón en la noche

Los hábitos alimenticios de la población, van al revés de nuestra programación biológica: se desayuna poco, se almuerza casi nada y se cena abundante. Te contamos cómo deberías comer para no engordar por las noches.

Nuestro cuerpo responde al accionar de numerosas hormonas que actúan a lo largo del día, cada una en un rango horario determinado. Conocer el momento de actividad predominante de cada una y, su función principal, ayuda a planificar mejor nuestras actividades diarias y, sobre todo, nuestra alimentación.

Tenemos una especie de "cronograma hormonal", programado perfectamente desde el diseño biológico de nuestro organismo.

¿QUÉ HORMONAS ACTÚAN POR LA MAÑANA?

El Cortisol y la serotonina: Ambas se encargan de elevar el azúcar en sangre durante las primeras horas del día. A medida que pasa el tiempo, va disminuyendo su efecto.

¿Que comer en este período?

Lo ideal es comenzar el día con un buen desayuno a base de carbohidatos de absorción lenta, en vez de aquellos de absorción rápida, ya que estos últimos producen una estimulación de la insulina, hormona encargada de regular el azucar en sangre, generando una hipoglucemia post pandrial, alrededor de las 2 horas de su consumo.

Además, los niveles muy bajos de glucosa en sangre crean la necesidad de consumo repetitivo de este tipo de carbohidratos, a esto se le suma el efecto de compulsión potenciado por la serotonina, creando la famosa sensación de "no poder parar" ante un carbohidrato de absorción rápida.

¿QUÉ HORMONAS ACTÚAN AL MEDIODÍA?

La dopamina y el cortisol: Empieza a disminuir su influencia a medida que pasan las horas, teniendo su pico mínimo a las 19 horas, horario en que el organismo va cerrando los sistemas para las horas del sueño, finalizando los procesos de la digestión.

¿Que comer en este período?

A partir del mediodía conviene aumentar las raciones de proteínas de nuestras comidas y, al mismo tiempo, disminuir las porciones de carbohidratos para mantener los niveles de insulina estables.

Considerando que a lo largo del día nuestro cuerpo quema combustible como la glucosa y los ácidos grasos del tejido adiposo, es necesario que el alimento que se incorpora desde la mañana sea una fuente directa de esta energía, asegurando reservas suficientes cuando disminuya el cortisol en horas vespertinas, evitando, de esta forma, las ganas de comer sin poder parar que suele marcarse a la tardecita, haciendo que la mayor parte de la gente engorde.

Los hábitos alimenticios de la mayoría de la población, van al revés de como funciona el organismo, de nuestra programación biológica: Se desayuna poco, se almuerza casi nada y se cena abundante.

A las 7 de la tarde, si el cuerpo nos pide carbohidratos es porque comimos mal durante el día.

Si quuieres evitarlo, estos son consejos que no tenés que dejar de lado:
- Incrementar la ingesta de carbohidratos de absorción lenta en el desayuno: incluyendo cereales como la avena, pan integral, muesli, granola, galletas de arroz, entre otros.
- Aumentar el consumo de proteínas en el almuerzo: incorporar, por ejemplo, quesos, huevos (claras), cereales integrales combinados con legumbres.
- Realizar una cena proteica (baja en carbohidratos): por ejemplo, consumiendo pescados, carnes magras con vegetales.
- Evitar comer entre las 21 a 05 horas: ya que en este rango de tiempo disminuye la adrenalina y el cortisol, que están para la vigilia y el alerta. Esto significa que no se encuentran predispuestas a la quema de calorías proveniente de los alimentos que se ingieren en ese período, acumulándose toda esa energía extra en forma de grasa, dado principalmente al aumento de insulina que se produce por la noche (única hormona que genera grasa).

Si quieres colaborar con el accionar hormonal, desayuna como rey, almorzá como príncipe y cená como mendigo.

Fuente: Rumbos Digital

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