¿Y si fuera el gluten?

En la última década ha crecido con fuerza en los medios científicos, la investigación sobre los efectos deletéreos de la proteína del trigo, el gluten, presente también en la cebada , el centeno y la avena.

La investigación ha ido avanzando poco a poco, a partir del estudio de la enfermedad celíaca (EC) y ha generado un cuerpo de conocimientos que conlleva una profunda modificación de la comprensión sobre el origen de numerosas patologías y las raíces de la salud humana.

La medicina ha pasado de considerar a la EC -una enfermedad autoinmune disparada por el consumo de gluten- como un padecimiento raro y casi exclusivamente europeo, a comprender que se trata de una epidemia mundial, cuya prevalencia se ha multiplicado 400%, en los últimos 50 años, según lo comprueban algunos estudios.

Asimismo, se ha descubierto que existe un gran número de casos de EC no diagnosticados. Por si esto fuera poco, recientemente la ciencia oficial ha aceptado la existencia de un síndrome mucho más amplio, conocido como la sensibilidad al gluten ( SG) y se han reportado un amplio conjunto de síntomas y de padecimientos asociados con la SG.

De este modo, lo que hasta hace unos años era considerado un padecimiento poco frecuente y muy localizado, hoy es visto en sus dimensiones reales: un amplio abanico de padecimientos y/o síntomas asociados con el consumo del gluten, que afectan a un amplísimo conjunto de la población mundial.

Un panel internacional de 15 expertos, reunidos en el 2011 para ordenar la información existente y proponer una nomenclatura sobre este tema, describe claramente el panorama.

En las conclusiones de su trabajo señala que: “el organismo humano es altamente vulnerable ante los efectos tóxicos de esta proteína se refieren al gluten del trigo” y hablan de “una alta frecuencia y un amplio rango de reacciones adversas al gluten”, si a esto sumamos -comentan los investigadores- el hecho de que el gluten sea uno de los alimentos de mayor consumo en muchos países a nivel mundial, el resultado es que “cualquier persona, inclusive aquellas con un bajo nivel de riesgo, puede en algún momento de su vida presentar reacciones adversas al gluten” (subrayado mío).

La intolerancia al gluten (este término incluye todas las categorías de la respuesta patológica al consumo de gluten) puede producir un amplísimo abanico de patologías: desde enfermedades autoinmunes, hasta procesos inflamatorios crónicos, desde alteraciones gastrointestinales hasta daño neurológico y patologías psiquiátricas, problemas del sistema osteo articular, alteraciones del sistema respiratorio y del sistema cardiovascular, enfermedades autoinmunes y muchas más , como veremos.

Y aún hay más: el estudio y la comprensión detenida de los mecanismos de la EC han permitido elaborar, según describiré con detalle en otra entrega, un modelo que permite comprender el mecanismo básico de la génesis de numerosas patologías, entre las cuales destacan las enfermedades autoinmunes, hasta ahora mal comprendidas por la medicina y tratadas sólo sintomatológicamente. Basta simplemente con recordar que el 80% de la actividad del sistema inmunológico tiene lugar a nivel intestinal.

El equipo del Dr Alesandro Fassano, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, ha sido uno de los líderes en este proceso. Cómo ellos mismos lo dicen, los mecanismos de alteración de nuestra barrera intestinal generados por el consumo del gluten, constituyen la puerta biológica de la inflamación, la autoinmunidad y el cáncer.

Por esta vía, las investigaciones sobre la EC y la intolerancia al gluten vienen a enriquecer las novísimas indagaciones sobre la salud intestinal. Investigaciones que poco a poco han arrojado luz sobre la compleja interacción entre el equilibrio del microbioma humano, la salud intestinal, la función del sistema inmune , del sistema endócrino y del sistema nervioso, entre otros, como uno de los basamentos de nuestra salud.

En una palabra: hoy comenzamos a entender la función intestinal no meramente como la de un tubo encargado de la digestión, sino como un complejo sistema regulador del equilibrio global de nuestra salud y longevidad.

Una perspectiva que viene a revolucionar la concepción de la ciencia médica moderna sobre los procesos de salud enfermedad, que permite explicar el origen numerosas patologías hasta ahora incomprendidas, abre nuevos horizontes a la terapéutica y ofrece un nuevo fundamento científico a las diversas corrientes de las medicinas alternativas y tradicionales que proponen el cuidado de la alimentación y de la salud intestinal como uno de los pilares del cuidado de la salud.

Tal ves sea la conocida sentencia formulada por Hipócrates hace 2400 años la que mejor resume este concepto: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.

¿ QUÉ ES EL GLUTEN?

El gluten es la principal proteína presente en el trigo ( contiene el 80% de las proteínas del trigo), también lo encontramos en la cebada , el centeno y la avena.

Las fracciones tóxicas del gluten para nuestro organismo incluyen gliadinas y gluteninas. Existen más de 25000 variedades de trigo cultivadas en el mundo y una amplia gama de subproductos.

El gluten está presente en la harina, el salvado y el germen del trigo.

Además, el gluten es utilizado como espesante en muchos productos alimenticios. No resulta extraño pues, que el gluten sea uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial, en Europa se consumen en promedio 15 g por día, llegando hasta 50g por día en algunas poblaciones.

El gluten apareció en la dieta humana hace poco tiempo, 10000 años aproximadamente. Y desde entonces representó una modificación alimentaria que permitió la aparición de patologías asociadas con su consumo.

La investigación moderna demuestra que el organismo humano es altamente susceptible a los efectos tóxicos del gluten, debido fundamentalmente a nuestra incapacidad para digerirlo correctamente y a la respuesta inflamatoria/inmunológica que el gluten puede desencadenar en nuestro organismo.

Se sabe que la gliadina no digerida o parcialmente digerida, tiene el potencial de producir múltiples alteraciones a nivel celular en humanos.

La gliadina genera aglutinación, genera oxidación e inflamación, inhibe el crecimiento celular, promueve el suicidio de las células ( apoptosis), daña el cito esqueleto, todo ello a nivel de la mucosa gastrointestinal.

Se sabe que la gliadina dispara los niveles de zonulina, una importante proteína liberada a nivel del intestino delgado ante la presencia de proteínas potencialmente lesivas.

La zonulina promueve la hiperpermabilidad intestinal y alteraciones de la respuesta inmune a nivel intestinal. Pero también se sabe que en individuos susceptibles, la gliadina parcialmente digerida, genera toda una serie de respuestas inmunológicas, inflamatorias y bioquímicas que por diversas vías pueden afectar a otros órganos, como el páncreas, el hígado, el sistema nervioso, los riñones, los músculos, el sistema linfático y el corazón.

Al contrario de lo que pudiera pensarse, la intolerancia al gluten ha crecido con el tiempo. Diversos estudios han demostrado que de los años 40 del siglo pasado a la fecha las patologías asociadas han crecido en una cifra que algunos autores calculan sea de 400%.

¿Cómo se explica esto?. Varias razones han sido propuestas:

El cultivo del trigo desde su origen a la fecha se ha orientado a obtener especies cada ves más ricas en gluten; el estudio de algunas variedades antiguas de trigo ( de la edad media) ha demostrado que contenían en menor cantidad las fracciones tóxicas del gluten,

Existen factores diversos asociados con el deterioro de la salud intestinal, como las infecciones, que incrementan la intolerancia al gluten,

Basados en estos datos y retomando la tesis del Dr Seignalet, podemos avanzar la hipótesis de que la forma de vida actual caracterizada por altos niveles de estrés, alimentación de alto impacto para la salud intestinal, abuso de antibióticos y diversos factores deletéreos para la salud intestinal, contribuyen a incrementar enormemente la intolerancia intestinal al gluten.

LAS ENFERMEDADES ASOCIADAS CON EL CONSUMO DE GLUTEN

Vistas de conjunto, las patologías que se asocian con la intolerancia al gluten, se pueden agrupar en dos grandes grupos: por un lado están la EC y la alergia al trigo, padecimientos en los cuales se presenta una reacción del sistema inmunológico ( activación de células T a nivel de la mucosa intestinal) ante el gluten y, por el otro lado, está el conjunto de síntomas y patologías agrupadas bajo la denominación de Sensibilidad al Gluten ( SG), que se caracteriza por el hecho de que en estos casos no se detectan dichas reacciones del sistema inmunológico; precisamente por eso, esta entidad ( la SG) fue negada durante mucho tiempo por la medicina moderna, y aún hoy, muchos médicos en la práctica la ignoran.

Lo que tienen en común todos estos casos es que mejoran al dejar de consumir el gluten.

Hace tan sólo 10 años la enfermedad celíaca era casi desconocida y prácticamente ignorada. Hoy la EC es considerada una pandemia mundial y la llamada sensibilidad no celíaca al gluten, o sensibilidad al gluten (SG) ha generado cada ves mayor interés por parte de la medicina oficial contemporánea.

Como parte de esta transformación ha crecido enormemente el mercado mundial de los alimentos libres de gluten llegando en el 2010 a 2,5 billones de dólares a nivel mundial.

LA ENFERMEDAD CELIACA

La EC es una patología autoinmune en la cual el consumo de gluten produce una respuesta perversa de activación de nuestro sistema inmune.

Perversa, porque el sistema inmunológico termina atacando a nuestro propio organismo, en el caso de la EC sobretodo al intestino delgado. En consecuencia, las vellosidades intestinales se deterioran, se generan múltiples molestias gastrointestinales, se presenta malabsorción de los nutrientes, pero también aparecen síntomas extra intestinales, es decir en otros órganos del cuerpo.

La EC genera en el largo plazo un deterioro importante de la salud.

Se trata de un padecimiento crónico, asociado con una predisposición genética y puede ser tratado eliminando el gluten de la dieta, lo cual permite que desaparezcan todos los síntomas y que se detenga el deterioro de la salud; sin embargo, la enfermedad no desaparece, de suerte que el paciente debe evitar de por vida el gluten.

Es necesario aclarar que si bien los genes identificados son condicionantes para esta patología, sin embargo no necesariamente llegan a desarrollar la EC todos los portadores de dichos genes, por el contrario, según lo han señalado algunos autores, la gran mayoría de las personas que portan estos genes no llegan a desarrollar EC.

La enfermedad celíaca es un padecimiento frecuente en los países con poblaciones de origen europeo como Europa, América y Australia.

Pero también está creciendo en otros países a causa del incremento del consumo de productos elaborados con trigo, que poco a poco desplazan a otro tipo de cereales como el caso de los países asiáticos , consumidores tradicionales de arroz ( que no contiene gluten).

Su prevalencia es en promedio del 1%, pero destacan algunos casos , como México donde va del 1,5 al 3,5% y el los Sahrawi, del desierto del Sahara cuya población infantil llega a presentar hasta un 6% de incidencia de EC.

La investigación reciente ha identificado en los casos de EC la presencia de genes que explican la intolerancia al gluten de estas personas.

Asimismo se han identificado una serie de marcadores que demuestran la presencia de una respuesta inmunológica severa ante el gluten en estos individuos

También se ha mapeado la gliadina, identificando con claridad las diferentes reacciones que cada una de sus fracciones pueden producir en estos pacientes, entre las cuales podemos mencionar las siguientes : efecto tóxico para las células intestinales, activación de la respuesta inmune, incremento de la permeabilidad intestinal, actividad pro inflamatoria.

Se ha descrito casi exhaustivamente el conjunto de las complejas reacciones bioquímicas que ocurren en cada uno de estos procesos.

El cuadro clásico de la EC consiste en manifestaciones de disturbios intestinales, como diarrea, con atrofia del intestino delgado que genera mala absorción de los nutrientes y pérdida de peso.

Pero hoy sabemos que la EC se asocia también con otro tipo de patologías, muy diversas: problemas del hígado, osteopenia y osteoporosis, anemia, algunos tipos de cáncer, infertilidad e inclusive desordenes que afectan al tejido nervioso y enfermedades mentales.

Además de la EC propiamente dicha, se han identificado algunas patologías estrechamente asociadas con este modelo patológico. Es decir enfermedades en las cuales el consumo del gluten provoca una reacción autoinmune o bien una reacción alérgica, a saber:

-Dermatitis herpetiforme (DH): un padecimiento de la piel ( EC cutánea) con lesiones en forma de pequeñas ampollas, que se caracteriza por fuerte comezón y ardor.

Sólo pocos pacientes con EC desarrollan esta enfermedad ( no se sabe por qué) y sólo un pequeño porcentaje de los pacientes con DH presenta las molestias intestinales de la EC, pero la mayoría de estos pacientes ( con DH) sí sufren el deterioro intestinal característico de la EC. Los pacientes mejoran con una dieta libre de gluten.

– Ataxia asociada la gluten: la palabra viene del griego “a taxis” que significa sin coordinación. Los pacientes con ataxia presentan dificultad para coordinar los movimientos.

Un número importante de estos pacientes ( 20% de los casos o más), sufren dicho padecimiento a causa del consumo de gluten. Se ha descubierto que algunos de los anticuerpos que genera el sistema inmunológico en contra del gluten pueden atacar estructuras cerebrales, especialmente el cerebelo y generar ataxia.

La respuesta de estos casos a una dieta libre de gluten puede tardar de 6 a 12 meses y los resultados dependen del grado de deterioro del cerebelo que haya sido alcanzado antes iniciar la dieta.

LA ALERGIA AL TRIGO.

Por otra parte, la medicina moderna ha identificado un conjunto de patologías agrupadas como Alergia al Trigo.

Las reacciones alérgicas al trigo pueden presentarse horas o días después de haberlo consumido ( no como la EC que puede manifestarse años después de estar consumiendo gluten cotidianamente), y comprenden las siguientes patologías:

– Asma del panadero: esta enfermedad es conocida desde la época del imperio romano, y consiste en una reacción alérgica producida por la inhalación del polvo y de la harina de trigo y otros cereales,

– Reacciones alérgicas al consumo oral del trigo: en algunas personas se pueden presentar reacciones alérgicas cutáneas ( enrojecimiento, comezón, etc.) e inclusive anafilaxis ( reacción alérgica severa) a causa de la ingesta de gluten, también pueden presentarse síntomas de molestias gastrointestinales y de vías respiratorias.

Se tienen bien identificadas las fracciones de la gliadina responsables de dicha reacción ( fracciones alfa, beta, gamma y omega).

– Anafilaxis inducida por el ejercicio dependiente del trigo (WDEIA, por sus siglas en inglés): estos pacientes pueden presentar toda una serie de síntomas incluyendo urticaria hasta crisis alérgica severa, dependiente del gluten y que se dispara al practicar ejercicio.

Esta reacción es producida exclusivamente por la fracción de la gliadina conocida como omega-gliadina, lo cual la distingue de los otros casos de alergia a la ingesta del gluten. ¡No es que algunos sean alérgicos al ejercicio, sino al gluten¡.

Tanto en la EC cuanto en los casos de alergia al trigo, nos encontramos con reacciones del sistema inmunológico mediadas por células T, pero en las reacciones alérgicas no ocurre un ataque autoinmune a nuestros tejidos.

LA SENSIBILIDAD AL GLUTEN.

La evidencia se ha impuesto lentamente y la medicina moderna, no sin resistencia, ha terminado por aceptar que existe la llamada sensibilidad no celíaca al gluten.

Se trata de casos en los cuales no se constata ni una alergia al gluten, ni tampoco una reacción autoinmune; en estos pacientes tampoco existe una atrofia intestinal.

Sin embargo los pacientes con sensibilidad al gluten pueden presentar los síntomas característicos de la EC y todo un conjunto de síntomas, malestares y/o patologías asociadas con el consumo del gluten, que mejoran con una dieta libre de gluten.

Se trata pues de pacientes que no tienen pruebas de laboratorio que confirmen la EC ni la alergia al trigo , pero que sí presentan los síntomas de la EC y muchos más.

Se considera que estos pacientes no tienen ningún marcador biológico específico detectable en un estudio de laboratorio. Los síntomas predominantes en estos pacientes son extra intestinales.

Citemos, por ejemplo, la experiencia del Centro de Investigación de la Enfermedad Celíaca, de la Universidad de Maryland – área en la cual labora el mencionado Dr. Alessandro Fassano- :entre 2004 y 2010 este Centro atendió a 5896 pacientes, de los cuales 347 fueron considerados pacientes con SG.

La sintomatología de estos 347 pacientes se distribuía del modo siguiente: 68% dolor abdominal, 40% enrojecimiento cutáneo, 35% dolor de cabeza, 34% mente confusa, 33% fatiga, 33% diarrea, 22% depresión, 20% anemia, 20% adormecimiento de las piernas, los brazos o los dedos y 11% dolor articular.

Un dato muy importante a resaltar en referencia a la SG, es el hecho de que sólo el 50% de los pacientes que sufren de SG presentan los genes característicos de quienes sufren EC.

¿Qué tan frecuente puede ser la SG?. De un 5 a un 10% de la población, inclusive un porcentaje mayor de la población, puede sufrir de SG.

Cualquiera de nosotros puede estar sufriendo múltiples síntomas y/o patologías, que pueden arrastrarse durante años, que nos llevan a emprender diversos tipos de visitas y/o tratamientos médicos.

¡Inclusive enfermedades que no tengan causa conocida y que sean consideradas incurables por la medicina moderna¡. Y todo ello puede simplemente ser causado por el consumo del trigo y sus derivados o de cereales que contienen gluten ( considerar en primer lugar la cebada y el centeno, además del trigo).

A pesar de los avances reseñados en el presente articulo, muchos médicos desconocen esta información o siguen considerando que sólo en casos de que existan síntomas intestinales, o estudios de laboratorio que demuestren presencia de EC o de alergia al gluten, tiene sentido eliminar el gluten de la dieta.

Pero de acuerdo con la información reunida y reconocida mundialmente, tanto en los medios científicos, como también de acuerdo con la experiencias de la medicina alternativa, tiene sentido experimentar con una dieta de libre de gluten en los casos arriba mencionados; en algunos casos los resultados benéfico pueden aparecer en poco tiempo, pero en otros casos pueden ser necesarios de 6 a 12 meses para obtener resultados consistentes.

Fuente: Ecoosfera

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