Científicos y especialistas en el área farmacéutica como los laboratorios Lilly constataron la importancia de tratar las alteraciones cognitivas en enfermos leves de alzhéimer para poder así mejorar sus capacidades funcionales.
Para ello realizaron un experimento que contó con la colaboración de más de 1200 pacientes con diagnóstico de enfermedad de alzhéimer en fase leve, la mitad de ellos recibió tratamiento con un fármaco y la otra mitad recibió un placebo. El propósito del tratamiento era mejorar las capacidades mentales, lo que se valoró a través de diversas escalas muy utilizadas en esta enfermedad. Además de evaluar la memoria, la fluidez verbal o la orientación, los investigadores recogieron información sobre la capacidad de realizar actividades cotidianas en todos los participantes.
Los resultados de dicho experimento, mostraron unos resultados alentadores:
1. En enfermos de alzhéimer leves, las alteraciones cognitivas son más significativas que las funcionales.
2. La relación entre las capacidades mentales y las habilidades para realizar actividades cotidianas va en aumento.
3. El tratamiento farmacológico tuvo efecto sobre la capacidad funcional de los participantes, pero ese efecto fue mediado por la mejora de las capacidades cognitivas debidas al tratamiento.
Estos datos son positivos y animan a tratar las alteraciones cognitivas en fases leves de la enfermedad de alzhéimer no sólo porque en sí mismas son relevantes, sino porque ello puede permitir que los afectados mantengan sus rutinas y sus actividades diarias durante más tiempo