La violencia doméstica puede ocasionar en los niños insomnio, falta de concentración, actitudes temerosas, ansiedad, terrores nocturnos, falta de apetito, ira, depresión, estrés, y en casos extremos intentos de suicidio.
Según la médico psiquiatra de EsSalud Beatrice Macciotta, se entiende por violencia doméstica infantil a todo maltrato o abuso que pueda cometerse hacia un niño o niña, donde inclusive se pone en riesgo la salud física y emocional de los menores de edad.
“El maltrato infantil en el entorno intrafamiliar no diferencia sexo, edad o condición social, e inclusive se presenta con frecuencia en ambientes donde hay constantes agresiones o discusiones de pareja”, mencionó la especialista.
Ante esta problemática, advirtió que los lactantes y niños pequeños que son testigos de la violencia en sus hogares presentarían una predisposición de formar parte de la relación violenta de los adultos, ya sea como abusadores o como víctimas.
Por tanto, la violencia familiar ocasiona daños colaterales en el desarrollo humano de los niños, los cuales al percibir estas agresiones suelen creer que son de alguna manera la causa de la violencia en el hogar pudiendo ocasionar en ellos baja autoestima, e incluso actitudes suicidas.
Entre los tipos de violencia familiar se encuentran los maltratos físicos, a través de los “castigos” y el ejercicio de fuerza; los maltratos psicológicos, a través de los insultos, malos tratos y la humillación; y también el maltrato por negligencia, en el que no se facilita los cuidados necesarios hacia los niños y niñas en casa, dejándoles a su suerte (irresponsabilidad en los cuidados del niño).
Por otro lado, el Seguro Social explicó los principales signos de alerta ante estos casos, como la falta de un desarrollo social pleno del niño o niña, actitudes temerosas, ansiosas, inasistencias a clases, así también la presencia de frecuentes heridas, hematomas y otros