Se trata de una máscara de tela liviana y flexible que promocionan como lo mejor para evitar la acción de los perjudiciales rayos UV. Es la última moda en las playas de China y Japón. En EE.UU. también tiene sus adeptos y se vende por Internet.
Si Batman y el Hombre Araña decidieran ir a darse un chapuzón estarían a la última moda, al igual que muchos bañistas que hoy van a la playa con la cabeza cubierta con máscaras de colores llamativos.
El invento para protegerse de los perjudiciales rayos UV se llamaFace-kini, y ya hay una compañía en EE.UU. que registró la marca y desde hace 9 años comercializa varios diseños de capucha. Vienen en llamativos colores y estampados con peces, guitarras, mariposas, corazones o motivos más “masculinos” como guitarras eléctricas o fondos oscuros con diseños abstractos.
La máscara es similar a la balaclava, prenda que debe su nombre a la batalla de Balaclava que tuvo lugar en la Guerra de Crimea en 1854. En aquella oportunidad, las tropas británicas recibieron estas prendas tejidas en lana para poder soportar las bajas temperaturas de la zona. En la actualidad el modelo se utiliza para realizar deportes de nieve o estar al aire libre en zonas con temperaturas extremas. El sol radiante también puede causar altas e intensas temperaturas, y por ello los adeptos aseguran que es mucho mejor usar estas máscaras en lugar de una pantalla solar con factor 50.
En las playas Shandong, ubicadas sobre el mar de China, los veraneantes están encantados con estas prendas. Tanto adultos como jóvenes y niños llenan de color los balnearios con las capuchas que se producen en forma masiva y se expenden en todas las tiendas costeras a un precio que oscila entre los 15 y los 25 yuanes ($ 1,5 a $ 4 dólares).
En EE.UU. hay una empresa que las comercializa y asegura que es la solución ideal para proteger la piel sensible del rostro. Además advierte que así se evita el uso de bloqueadores y pantallas que engrasan la piel, que podrían llegar a causar alergias o hacer arder los ojos al entrar en contacto con el agua. Vienen en tamaño único que pueden ser usadas desde por un niño de 10 años hasta por un adulto de cabeza protuberante.
No se puede negar que esta máscara es una propuesta curiosa e innovadora, que sin duda encuentra usuarios encantados de lucirla en público. De todos modos, a la hora de evaluar sus beneficios, genera un poco de dudas leer que la empresa declara venderla asiduamente a equipos de natación, fans de fútbol… y para fiestas de disfraces.
Bromas aparte, en la página de Facebook del producto se adjunta un artículo de la clínica de cirugía plástica facial de los doctores Daniel y Christine Sullivan, de Ohio, donde se recuerda que hace unos años era habitual untarse con aceite de bebés y recostarse sobre una manta metalizada para recibir mejor los rayos del sol. Hoy podría parecer una idea un poco loca, pero este tipo de máscaras para proteger la piel son una buena solución, ya que el sol es tan perjudicial que ni siquiera las modelos y las actrices usan bronceados “verdaderos”, y buscan escapar de los efectos nocivos del sol. Por eso ponderan la solución a la que echaron mano en Asia para protegerse de los rayos malignos.
Los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. advierten que la piel es el órgano del cuerpo que más delata el envejecimiento, y se manifiesta con arrugas y “colgantes”. Y en especialmente la luz del sol es una de las responsables de causar pérdida de elasticidad, aumentar el riesgo de cáncer, cambiar la pigmentación y engrosar la piel afectando su aspecto. ¿Quién se anima al face-kini?