Lo básico del punto G

A pesar de que en los últimos años se ha comenzado a hablar con más apertura del Punto G, el tema sigue siendo tabú, sobre todo entre las mujeres.

Todas hemos escuchado sobre este “botón mágico” que nos hará experimentar un nivel de placer que es difícil de describir.

Me atrevería a decir que no las suficientes y es una pena, porque seguimos desperdiciando la oportunidad de conectar con nuestro cuerpo, descubrir lo que nos da placer, los movimientos y el ritmo que nos ponen a temblar. Es vital que antes de buscar placer con otra persona, conozcamos cómo funciona nuestro cuerpo.

El Punto G está más cerca de lo que imaginas y si crees que es momento de conocerlo, te invitamos a seguir estos sencillos pasos para encontrarlo. ¡Es momento de explorar!

#1: Lo básico del Punto G

Es importante que antes de ir en su búsqueda, tengas claro qué es el famoso Punto G y cómo funciona. Conocida como una de las zonas erógenas del cuerpo de la mujer, el Punto G fue descubierto en los años 40 por el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg.

El punto G es una pequeña masa esponjosa de tejido nervioso que se encuentra entre el hueso púbico y la parte frontal del cuello uterino, aproximadamente a cinco centímetros de la entrada vaginal frontal, que es la que esta más cerca del estómago y lejos de la espalda.

Nuestro estado de excitación es clave para que encontremos el Punto G con mayor facilidad, ya que al aumentar la circulación sanguínea en el área pélvica, esta “esponjita” se hincha y endurece, lo que ayuda a localizarla con más facilidad.

A pesar de ser un paso importante, muchas mujeres lo olvidan; así que chicas, primero lo primero: a entrar en el mood sexy.

Coloca lo que necesitas para sentirte en el ambiente correcto: velas, música, baja la luz, no importa; pero es vital que te tomes el tiempo de excitarte, para que no pases horas tratando de encontrar tu Punto G.

#3 Localízalo

Acaríciate y una vez que estés lo suficientemente excitada, coloca lubricante en tu dedo índice y medio, introdúcelos en la vagina con la palma de la mano en dirección al techo.

Recuerda que el Punto G se encuentra aproximadamente a 5 cm de la entrada vaginal, así que debes explorarte, sensualmente, hasta encontrar este punto rugoso y duro.

Es importante que tengas en cuenta que esta área puede ser el tamaño de un chícharo hasta de una moneda mediana, para que no descartes la zona sólo porque “no es del tamaño” que pensabas.

#4 Explóralo

Ok, ya estás en el mood y ya sabes dónde está y cómo se siente, ¿qué sigue?

Explorarlo hasta que sepas cómo funciona y lo que sientes al tocarlo. ¿No sabes cómo hacerlo? Puedes intentar los siguientes movimientos:

Un masaje firme, acariciándolo de un lado al otro en dirección horizontal o vertical (izquierda-derecha, arriba-abajo).

Movimientos circulares lentos pero firmes.

Da golpecitos en el Punto G, cambiando el ritmo y la fuerza para aumentar la sensación.

Mueve tus dedos llevando las yemas hacia atrás (imagina que le haces señas a alguien con los dedos para que se acerque).

Una vez que has conectado con tu cuerpo y ya sabes donde está esa zona de placer, es momento de experimentar con ella, a solas o acompañada. Date la oportunidad de probar cosas nuevas, acaríciate en diferentes posturas (de rodillas, sentada sobre las piernas, parada, boca abajo).

Muchas mujeres descubrirán que un ligero cambio de posición puede ayudar a alcanzar mejor la zona.

Recuerda que también puedes ayudarte con juguetes y vibradores para aumentar las sensaciones y por supuesto, la penetración.

Nuestro cuerpo es hermoso y no deberíamos tenerle miedo, ni sentirnos avergonzadas por explorarlo en todos los sentidos. 

Es momento de convertirnos en las dueñas de nuestro propio placer, ¿no creen?

Escrito por Lorena Sanya Ramìrez

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