Conozco a muchas personas a quienes les asusta la idea de que una persona más joven que ellas les atienda como médico.
Por supuesto se trata de un miedo completamente irracional y nada fundamentado, pero me encantaría compartir con ellas la historia de Akrit Jaswal.
Este niño nació en la India en 1993 y con tan solo 7 años fue capaz de llevar a cabo una operación quirúrgica en su país natal.
Su paciente era una niña de familia pobre cuyos dedos se había quedado unidos a la palma de su mano después de haberse quemado siendo más pequeña.
La explicación de cómo esto fue posible viene dada por el coeficiente intelectual del niño, que según los expertos era el más elevado del mundo en relación a su edad.
Y es que con un coeficiente de 146 aprendió a leer y a escribir con tan solo 2 años de edad.
Sin embargo, según la cultura india esto es el símbolo de una reencarnación.
Pero dejando a un lado los motivos de su capacidad y destreza, el pequeño Akrit ha seguido trabajando con tal de encontrar una cura para el cáncer en un lugar donde los recursos son limitados.
¡Un pequeño gran genio con un objetivo de lo más noble!
