La aromaterapia es una disciplina que ayuda a restablecer el equilibrio y armonía del cuerpo y la mente para beneficio de nuestra salud y belleza. Pamela Ruiz, directora del Instituto de Aromaterapia del Perú, indicó que existen 300 aceites esenciales más comunes, extraídas de Plantas Aromáticas y Medicinales (PAM).
Explicó que la primera regla es que al usuario le guste el aroma y él mismo la escoja, "porque puede tener algún tema o historia con ese aroma, como el recordar a su expareja o a un velorio".
Señaló que la aromaterapia es beneficiosa a nivel psicológico pero también fisiológico, pues gracias a sus efectos sedantes, afrodisíacos, energizantes y estimulantes, el cuerpo responde a los principios activos de los aceites esenciales, aliviando casos de estrés y depresión que a su vez podrían desencadenar acné o gastritis.
Los aceites esenciales vienen en concentrados y se puede escoger la forma de su presentación (sales marinas, aceites de masajes, splash ambiental). Basta con colocar un par de gotas detrás de las orejas, en los puños o en el corazón.
Para niños
Si se quiere relajarlos y que duerman, lo recomendable son aceites esenciales de lavanda o manzanilla. Estos aromas son mejores porque son suaves y agradables, además que no ocasionan alergias ni afectan a quienes tienen asma.
Lo primero es cansar la mente y elevar la parte emocional mediante la meditación, música o la oración. Paralelamente se pueden emplear aromas de lavanda, geranio, manzanilla, cedro o pachuli.
Depresión
Para las personas depresivas que no pueden dormir durante la noche, son recomendables las esencias de naranja, bergamota, jazmín o la mezcla de ambas.
Para un sueño restaurador
El agua de plancha es lo sugerido. Se trata de agua aromatizada que se emplea al planchar los pijamas, sábanas o fundas. Y es que durante el descanso sudamos y eso permite que salgan los aromas, que subliminalmente nos invitan a dormir.
Aromas afrodisíacos
Son los aceites esenciales de jazmín o pachuli. Es decir, todos los florales o amaderados, y también la mirra y el incienso.
