Me encanta que la arena cruja en mi boca”, así se refirió Brea a su “placer culpable” en el programa “My Strange adicction”.
Consumir arena alrededor de seis veces al día, combinándola con diversos alimentos, es la extraña adicción de la joven. “Me gusta saborearla con nachos o papas fritas, sin embargo, la combinación que más me gusta es cuando la mezclo con goma de mascar”, señaló Brea al popular programa norteamericano.
Su adicción comenzó a los 14 años cuando tragó accidentalmente arena en la playa. Su vicio hasta hoy no se detiene, incluso ha llegado a detectar cuál es el tipo de arena más “sabrosa”, siendo esta, la que se encuentra en los parques de juegos y plazas.
La oriunda de Kansas City se muestra feliz con su adicción mientras que su hermana Salicia está muy sorprendida con su extraña costumbre. Según cálculos realizados, por el programa de televisión, Brea saborea por lo menos seis veces al día arena, lo que se ha traducido en un total 11 mil bocados desde que empezó con su vicio.
Su necesidad de consumir arena llega a tal punto, de adicción, que cuando se le acaba el suministro de arena, la joven recurre a lijas o limas de uñas por lo crujiente de estas, lo que le produce una sensación similar a su extraño vicio. ¿Extraño?
Brea y su extraña adicción: