Diez consejos que te dio tu mamá y tenía razón

Las mamás tienen un sexto sentido para todo, incluso sin conocer de medicina han sabido inculcarnos hábitos que de jóvenes y en la edad adulta sirven para mantenernos más saludables.

Por ejemplo, en algo tan simple como lavarnos las manos, que nos toma más de 20 segundos, nuestras madres tenían razón, pues este hábito es fundamental para prevenir la trasmisión de muchas infecciones.

¡Lávate los dientes!

La higiene bucal es muy importante y que tu madre te lo haya inculcado desde la infancia es un acierto. Evita las caries, enfermedades en las encías y dolores en general, por eso es un hábito que no debes dejar de hacer al levantarte, al acostarte y después de cada comida

¡Échate crema!

Durante la niñez la piel no cuenta con una producción correcta de melanina, por eso el uso de cremas con protector UV y el bloqueador nos cuidan de la exposición a la radiación, evita la insolación y disminuye el riesgo de contraer un cáncer de piel en la edad adulta.

¡Come despacio!

El masticar bien evita no solo el riesgo de atragantarte sino que también contribuye en el buen desarrollo de la mandíbula, fortalece tus encías y mantiene los dientes sanos. Además permite una correcta digestión de los alimentos.

¡Ponte recto!

La corrección en la postura convertida en un hábito es esencial para no padecer del dolor de espalda y problemas en la columna, uno de los malestares más extendidos en la actualidad.

¡Baja la música!

Cada vez son más los jóvenes con problemas de audición derivados del mal uso de dispositivos electrónicos como Ipods, MP3, entre otros. Y es que los altos decibelios pueden causar lesiones en el oído interno que, de forma irreversible, pueden provocar problemas de audición mayores y más intensos a edades cada vez más tempranas.

El que tu madre te haya inculcado la lectura como un hábito es un acierto, porque es uno de los ejercicios intelectuales que más te protegerá del deterioro cognitivo, es decir, enfermedades como el alzhéimer o la demencia.

¡A la cama!

Una buena calidad del sueño es saludable porque permite mantener tu capacidad de concentración, controlar tu humor y tus impulsos. Dormir poco y mal, aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades y disminuye tu calidad de vida.

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