La mejor medicina para la buena salud es la risa

La risa es la mejor medicina para la buena salud. Un sinnúmero de estudios médicos, psicológicos y psiquiátricos han llegado a esta conclusión. Así que, ¡a reír a carcajadas!

No cuesta nada, es un remedio gratis. Esta teoría no es nueva. Era bien sabida por las civilizaciones antiguas. Prueba de ello son los comediantes y bufones que hacían reír a los reyes cuando estaban enfermos o tristes.

Y, más recientemente, están los estudios del neurólogo estadounidense William Fry, que dicen: “La risa es un verdadero desintoxicante moral capaz de curar o por lo menos atenuar la mayoría de nuestros males.

Además, no hay ningún peligro si se supera la dosis" (1964). “La risa es distracción ante las preocupaciones de la vida y el estrés", detalla Diane Roosth, trabajadora social y risoterapeuta certificada en el Centro Médico de Kaiser Permanente en el Oeste de Los Ángeles.

"Es un ejercicio sin mucho esfuerzo que tiene efectos positivos en nuestro cuerpo. Las investigaciones dicen que la risa es una actividad positiva que puede ayudar con las enfermedades del corazón, la diabetes, el cáncer, la depresión y el manejo del estrés”.

¿Por qué se da todo esto?

Según los estudios, cuando nos reímos nuestro cuerpo produce endorfinas, la hormona de sentirse bien. “Las endorfinas promueven una sensación general de bienestar, mejoran nuestro estado de ánimo, aumentan nuestra energía y reducen nuestros niveles de estrés", explica la risoterapista.

La evidencia científica también ha encontrado que la risa no sólo aumenta la felicidad y el bienestar, sino que puede provocar cambios físicos saludables en nuestro cuerpo que promueven la buena salud y fortalecen las relaciones.

Entre los beneficios para la salud están el incremento de la resistencia al dolor, el fortalecimiento del sistema inmunológico, una mejor la circulación y la reducción del riesgo de ataques cardíacos.

No en vano, a raíz de estos beneficios, surgió la risoterapia que hoy se practica en centros médicos y, en particular, en los hospitales infantiles. El doctor Patch Adams (de quien se hizo una película con su nombre, interpretada por el fallecido actor Robin Williams) fue quien trajo al escenario hospitalario el humor que ayuda a curar las enfermedades.

Por ello la actuación de payasos en los centros médicos infantiles. El poder de la risa dio también pie al yoga de la risa (Laughter Yoga), creado por el doctor hindú Madan Kataria en 1995 y que hoy cuenta con escuelas y centros en varias ciudades de Estados Unidos, incluyendo Nueva York y Los Ángeles.

La risa implica alegría, ingenio y buen humor. Y esto lo sabe muy bien el comediante y trabajador social clínico David Rothenberg, quien utiliza el humor como terapia para ayudar a los jóvenes marginados y en situación de riesgo a replantear sus desafíos en la vida y para crear el programa “Strength Based Humor” (La fuerza basada en el humor) en su lugar de trabajo, para reducir la fatiga y el estrés y mejorar el servicio a los pacientes. “El buen humor permite a los jóvenes ver la vida desde una perspectiva basada en la fuerza, lo que resulta en un aumento de la autoestima y la capacidad de recuperación”, explica el nacido en Michigan y residente de Santa Clarita, California.

Rothenberg asegura que, como terapista, sus dos programas terapéuticos (basados en el buen humor) le han servido para incrementa la relación con sus clientes de una forma más positiva, y a sus compañeros de trabajo les ha ayudado a obtener una mejor perspectiva sobre sus retos y frustraciones.

“Esto se traduce en una mejor capacidad de recuperación, una moral de trabajo mucho más fuerte y elevada entre médicos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud”, asegura el trabajador social clínico.

Y es que la risa es un don natural que se nos ha dado para sentirnos mejor, pero el problema está en que a medida que envejecemos se nos olvida reír, sobre todo a carcajadas, como lo hacen los niños.

Entonces si deseas mejorar tu salud, sólo tienes que reír con ganas a cualquier edad, ya sea por una razón o sin ella, estando solo(a) o acompañado(a).

Y cuando lo hagas, recuerda que cada vez que sonríes o ríes estás ahorrando tiempo y dinero al no tener que visitar con tanta frecuencia los centros médicos ni a tu doctor de cabecera.

Te podría interesar

Deja tu comentario