Muchas personas sufren de piel grasa, una afección un poco más difícil de tratar que la piel seca, debido a que no sólo se soluciona con la utilización de cremas o cosméticos sino que también implica cambios de hábitos y tener ciertos cuidados.
La piel grasa, y sobre todo en el rostro, puede llevar a la aparición de acné, manchas, brillos y aspecto poco agradable y antihigiénico; ésta se manifiesta debido a una superproducción de sebo en la piel por parte de las glándulas sebáceas al producirse cambios hormonales, de temperatura, de humedad o por errores al lavarlo.
Las glándulas sebáceas cumplen un rol fundamental en el cuidado de la piel ya que la mantienen hidratada y suave pero cuando, por diversos motivos previamente explicados, se da una superproducción de grasa, el aspecto y la salud cutánea se ven desmejorados.
Frente a esto existen algunos tips que pueden ser muy útiles a fin de equilibrar el funcionamiento de las glándulas sebáceas y mejorar el aspecto de la piel.
Lavar el rostro es importante pero para hacerlo existen algunas reglas:
* Lavar bien las manos para no transmitir las bacterias, higienizar la cara siempre con agua tibia o fría.
* Al utilizar cremas hidratantes deben ser suaves y libres de aceites que pudiesen producir un aumento de la grasa.
* Utilizar cosméticos no comedogénicos, elaborados sin aceites que aumenten el sebo facial.
* Mantenerse hidratado/a para tomando de 2 a 4 litros de agua diarios. * Consumir alimentos con antioxidantes que mantienen a las células saludables y con buen aspecto.
* Retirar siempre el maquillaje del rostro y utilizar tónicos luego de su higienización para permitir la oxigenación de los poros y la piel. Evitar usar tónicos en zonas en que la piel se manifiesta reseca.
* Estos simples consejos acompañados por una buena alimentación y, aunque parezca no tener sentido, realizar ejercicio periódicamente pueden ser grandes aliados; transpirar ayuda a limpiar las impurezas acumuladas en el organismo.
Fuente: RumbosDigital