Repunte de la malaria en Venezuela es un problema de Estado

Un aumento de 66.9% registra la malaria en Venezuela, manteniéndose esta enfermedad tropical en el nivel de “epidemia”. De los nuevos casos, 1.660 son autóctonos circunscritos en el estado Bolívar y Amazonas y 17 importados contraídos en países como Colombia, Brasil y Guyana.

Un aumento de 66.9% registra la malaria en Venezuela, al acumularse tan solo en lo que va de año 31 mil 696 casos en todo el país, con la suma de los 1.677 nuevos registros que se reportan en la última semana epidemiológica, la número 13, que comprende del 29 de marzo al 4 de abril-, manteniéndose esta enfermedad tropical en el nivel de “epidemia”. De los nuevos casos, 1.660 son autóctonos circunscritos en el estado Bolívar y Amazonas y 17 importados contraídos en países como Colombia, Brasil y Guyana.

Del informe oficial se pudo extraer que de los nuevos casos 76% son infecciones del tipo de malaria más leve (Plasmodium vivax) y 23,53% de la más fatal (Plasmodium falciparum), porque ocasiona insuficiencia renal y edema cerebral, explicó Pedro Navarro, jefe de la Cátedra de Medicina Tropical, de la UCV. Detalló que aunque este último tipo los casos son menores, también registran un resurgimiento: “Del 20 al 30% solo el año pasado”.

Autoridades del Ministerio Salud, tanto regionales como nacionales, no estuvieron disponibles para conocer sus políticas para contrarrestar esta afección. Tras varias llamadas telefónicas no fue posible concretar las entrevistas.

Del total de casos reportados en la última semana epidemiológica, 80,4% (1.335) se localiza en siete municipios del estado Bolívar, el resto en Amazonas, Falcón y Apure, según se reseña en el Boletín Integral de la Dirección General Salud Ambiental, adscrita al Ministerio de Salud.- La malaria, también llamada paludismo, es una endemia rural.

80% de los reportes se ubican en el estado Bolívar, específicamente en el municipio Sifontes, donde está concentrado el foco por aquello de la “fiebre del oro”, donde los mineros están al aire libre, en campamentos no adecuados y sin ninguna protección de mosquiteros ni cerca metálica, que pudieran impedir la picadura de mosquitos del género Anopheles -que al ser infectados por parásitos del género Plasmodium- se lo transmiten al ser humano, aseguró el doctor. Estos zancudos como todo vector pican entre el anochecer y el amanecer, cuando baja la temperatura del ambiente.

¿Y las soluciones?

Con establecer un cordón sanitario en el municipio Sifontes del estado Bolívar se controlaría este mal, porque allí está circunscrito, pero la minería se ha convertido incontrolable, es un problema de Estado, precisa el especialista, quien sugiere la intervención del Ejército y de los organismos sanitarios. “Tiene que haber una mancomunidad de instituciones que se pongan en consenso para buscar la solución”.

Los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada son los recomendados en los programas de distribución de salud pública. La OMS recomienda la cobertura de todas las personas en riesgo; y en la mayoría de los lugares, la forma más rentable de conseguirla consiste en suministrarlos, de modo que todos los residentes en zonas con gran transmisión duerman cada noche bajo esos mosquiteros.

En Carabobo hay son casos importados, informó el doctor Navarro, es decir presentes en individuos que quizás acostumbran viajar a las zonas endémicas, como la Gran Sabana, por eso también a la malaria se le incluye entre “las enfermedades de viajeros”. Recomienda a las personas que se trasladan a estos lugares a vacunarse antes de emprender el viaje.

En la Unidad de Malariología de Carabobo –en Bárbula- la colocan y es una manera segura de contrarrestarla. También existen casos importados en el Vigía, La Fría (Los Andes) y Santa Bárbara del Zulia.

Es lamentable que en la medicina tropical venezolana todavía la malaria no haya desaparecido, expresó el doctor Navarro, cuando en la localidad de Morón existe un monumento precisamente del mosquito transmisor (anopheles) como emblema de lo logrado por el eminente científico Arnoldo Gabaldón, quien siendo ministro de Sanidad por los años ’50 emprendió una fuerte campaña contra esta patología y el municipio Mora constituía uno de los focos principales del país, y con la fumigación intensiva con DDT y medidas educativas se pudo controlar, tanto que para 1961 Venezuela fue el primer país de América Latina en ser declarada la erradicación por la OMS.

En niños y embarazadas, la enfermedad es mortal; aunque sí es curable a base de la administración oral de cloroquina en terapia de combinación con artemisinina, medicamentos que proporciona el Estado, detalló Navarro.

Aunque la lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión en la comunidad. “A nivel individual, la protección personal contra las picaduras de los mosquitos es la primera línea de defensa”.

Fuente: El Carabobeo

Te podría interesar

Deja tu comentario