Mientras estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento, es vital que lo hagamos con optimismo, confiando en nosotras mismas para conseguir reducir esos kilos de más.
No obstante, debes estar atenta a otros factores. Hay personas que, mientras están a dieta, se sienten más negativas, están a la defensiva y viven el proceso con gran sufrimiento.
Debemos ir con cuidado con estos factores psicológicos. Todas nos acordamos de cuidar nuestra alimentación, pero es importante vigilar también nuestras emociones.
Adelgazar. Hay quien se marca un objetivo de cara al verano con el fin de lucir mejor el bikini. Otras personas, en cambio, necesitan adelgazar no ya por razones estéticas, sino por salud ,y lo sabemos, no siempre es fácil…
Buscamos la dieta más adecuada, esa donde se respeten los aportes vitamínicos y los nutrientes, nos esforzamos en eliminar todo aquello que tanto nos gusta: los dulces, los refrescos, la comida rica en grasas… Nos obligamos a hacer algo de ejercicio cada día y, además, muchas personas deben hacer frente en ocasiones al escaso apoyo familiar. O a una sociedad que ensalza un ideal de belleza, pero no valora lo que cuesta conseguirlo.
Hablemos hoy de los problemas psicológicos a los que debemos enfrentarnos a la hora de adelgazar.
1. La falta de apoyo de la familia y amigos
“Hoy empiezo mi dieta de adelgazamiento”, solemos decir. Es entonces cuando nuestras parejas, nuestros padres o amigos levantan la ceja en un gesto de escepticismo. Tal vez te lo han oído decir en numerosas ocasiones y ni siquiera se han dado cuenta de esos kilos que has logrado perder o cómo ha mejorado tu figura.
También es habitual que debamos enfrentarnos al poco respeto por nuestra dieta. Mientras los demás cenan una hamburguesa , tú tienes esa ensalada saludable, lo cual provoca alguna burla o algún comentario fuera de lugar. ¿Cómo podemos afrontar todo esto?
Si tienes claro tu objetivo, ve a por él. Eres tú quien quiere adelgazar, no los demás, así que establece una barrera protectora ante la cual los comentarios del resto no te afecten.
Aplica tu dieta día al día con optimismo. Si los demás te ven bien, lo respetarán. Si perciben tus dudas o tu sufrimiento, lo más probable es que acaben comentándote aquello de “¿Ves cómo no eres capaz de aguantar?” “Si es que no tienes fuerza de voluntad…”. Ante expresiones como estas, ponte firme. Sé clara y objetiva: quieres adelgazar y lo vas a hacer con la mayor motivación posible y frases como estas, lejos de ayudar, hacen daño. Y como tal debes decirlo.
2. “Si es que tú siempre has sido gordita”…
Muchas personas disponen de unos kilos de más por razones genéticas, y este también es un aspecto complicado al que debemos hacer frente. En ocasiones la familia se acostumbra a vernos así, lo normalizan y no se dan cuenta de que la obesidad es un grave problema de salud.
Si “normalizamos” esos kilos de más a nivel familiar, las comidas seguirán siendo inadecuadas, mantendremos hábitos de vida que hemos visto en casa porque nos parecen normales... Y todo ello nos hará caer en un peligroso círculo vicioso.
Así pues, el día en que decidamos por fin ponernos a dieta para adelgazar, nos encontramos con la extrañeza de nuestros familiares. “¿Para qué, si siempre hemos sido así?”.
Hemos de ir con cuidado. Nunca te dejes influenciar por las personas de tu alrededor cuando te marques un propósito, y menos, si ese objetivo tiene que ver con tu salud.
3. No te dejes llevar por falsos ideales de belleza
A la hora de perder peso, muchas mujeres tienen en mente esos cuerpos esbeltos que ven en las revistas o en la televisión. Hemos de ser conscientes de que, detrás de ellos, se esconde en ocasiones todo un mundo de falsedad, desde operaciones estéticas hasta retoques de imágenes mediante el Photoshop. Hay que ser prudentes y tener en cuenta estos aspectos:
Tu cuerpo es único y debes aprender a quererte tal y como eres. Ello no quiere decir que debas quedarte de brazos cruzados en caso de que sufras sobrepeso. En absoluto. Lo ideal es conseguir unas medidas y un peso que te permitan vivir con salud y con equilibrio.
Nunca busques perder peso por aspirar a tener un cuerpo perfecto. No te obsesiones con buscar “ese ideal de belleza”. Hay factores genéticos que no podemos evitar.
Si eres bajita, si tienes las caderas anchas o una constitución grande, no podremos cambiarlo por mucho esfuerzo que hagamos. Es imprescindible que asumamos la forma de nuestro cuerpo y que, dentro de eso, busquemos siempre el peso ideal para gozar de una buena salud.
Si dispones de un peso adecuado y no tienes ningún problema de salud, disfruta de ti misma y de tu belleza. No hay mayor atractivo que una mujer feliz, sonriente y que rebosa optimismo.
Fuente: Mejor Salud