Existen alisadores naturales que lograrán conservar tu cabello ordenado, manejable, más nutrido y sin el temido friz.
El coco es un alisador natural y lo podrás conseguir licuando pedazos de esa fruta junto con 4 a 5 cucharada de jugo de limón. Una vez que hayas conseguido una pasta, procede a colarla y luego déjala en el refrigerador por una hora. Aplícate la capa espumosa que se formará y espera por espacio de media hora, tras ello enjuaga y péinate.
Ralla medio coco y viértelo en una olla junto con una cucharada de avena, otra de almidón y media taza de leche evaporada. Cuando el resultado hierva, deja enfriar y aplica la mascarilla sobre tu cabello desde la raíz a hacia las puntas. Cubre tu pelo con papel aluminio o una bolsa plástica transparente y deja actuar 30 minutos. Transcurrido este tiempo, enjuaga con abundante agua fría.
Revuelve dos tazas de leche con huevo, luego puedes sumergir tu cabello en esa mezcla o úntatela. Espera que la mascarilla actúe durante media hora, luego lava tu pelo con agua fría y péinalo.
No actúa como un alisador pero sí ayuda a hacer el cabello más manejable, suave y fácil de peinar. Utiliza 5 cucharadas de aceite de oliva extra virgen con miel de abeja y revuelve hasta que se forme una pasta no muy espesa. Aplícatela haciendo masajes, cubre tu cabello con un gorro de ducha o una bolsa para que se absorban los nutrientes, luego lávate la cabeza.
