En el envejecimiento de la piel, el número de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye, pero los melanocitos que quedan aumentan de tamaño, por lo que la epidermis parece más delgada, pálida, transparente y maltratada”, indica un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos.
Aunque es un proceso inevitable y natural, la velocidad con la que envejece la piel depende de cada persona, y no necesariamente tiene que ser reflejo de la edad cronológica, sino de herencia genética y de estilo de vida, afirma Jesús Fernández, experto de la Universidad Complutense de Madrid.
Si es el entorno y las acciones cotidianas lo que influye en la aparición de arrugas, ¿cuáles son la más frecuentes?
Azúcar, ¿tu comida favorita? A través de un proceso denominado glicación las moléculas de azúcar se transforman en productos que debilitan y deforman las fibras de colágeno y elastina que son las que otorgan el aspecto juvenil y elástico a la piel, así lo afirma la química y doctora de análisis biológico, Patricia Dermer. Sin embargo, no solo debes tener cuidado con los dulces, también reducir el consumo de pastas y de algunas verduras cocidas.
Te frotas los ojos. Este hábito, aunque lo hagas de forma inconsciente, acelera la formación de finas arrugas en el contorno de tus ojos. Además, esto se puede ver intensificado si no tienes la costumbre de desmaquillarte, ya que la pintura tapa tus poros y maltrata esta zona de la epidermis.
Nada de ejercicio. La actividad física mejora la circulación, lo que aumenta el flujo de sangre y por consiguiente aporta más oxígeno y nutrientes a la piel, con lo que se evita la formación de arrugas.
Fumar. Un estudio elaborado por la doctora Martha Banqué señala que el fumar provoca la disminución de la circulación sanguínea en el tejido, lo que influye en elasticidad de la piel y provoca la aparición más temprana de las líneas de expresión.
Mascar chicle. Produce un tipo de arruga que se ubica en la parte inferior de la boca. Además provoca otros problemas en la estructura de la boca.
Frío. La exposición frecuente a bajas temperaturas contribuye al deterioro de la piel resecándola.
Estrés continúo. Disminuye la barrera protectora de la piel, de ahí que se vuelva frágil, hiperreactivo a los agentes irritantes y más proclives a padecer infecciones. Además puede sufrir de de cuadros de deshidratación, que acentúa las arrugas y flacidez.
Reduce tu exposición al sol. De acuerdo a información de la Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos, los rayos del sol pueden producir pérdida de la elasticidad, neoplasias cutáneas no cancerosas y engrosamiento de la piel.
Estiras tu piel para maquillarte. Esta práctica crea arrugas. Debes evitar al maquillarte abrir la boca o levantar la ceja. No tires de los ojos cuando coloques el delineador.
Tu postura al descansar. Un estudio publicado en Scandinavian Journal de Cirugía Plástica, afirma que dormir de costado contribuye a más arrugas en las mejillas y la barbilla, mientras que dormido boca abajo causa líneas en la frente. Descansar de espalda impide las líneas o incluso revierte el problema.
Fuente: Salud 180