Trucos para evitar la retención de líquidos

Este tipo de retención esporádica (si es muy común, probablemente se deba a causas hormonales o relacionadas con los riñones y es necesario consultar con un médico para solucionarla) está vinculada a un aumento de sal en la dieta, por una vida sedentaria, o por el consumo de alcohol.

Si tu cuerpo registra mayores niveles de sal, intentará compensarlos almacenando más agua. Si se deshidrata, también. Es decir, el cuerpo retiene líquidos cuando hay falta de equilibrio. Los lugares clave, ya los conoces: las extremidades. Allí se va almacenando el agua entre los vasos sanguíneos. Esa agua se pone de manifiesto sobre la báscula y en el espejo.

Los procesos de retención de líquido pueden suponer hasta 2 kilos más, que aparecerán o desaparecerán cuando el riñón, que es el órgano que gestiona esta función relacionada con el agua que necesita tu cuerpo, decida que necesitas más o menos líquido para lograr un balance natural en tu cuerpo. Aún así, hay ciertas cosas que lograrán que te libres antes de estas incómodas situaciones:

- Ejercicio: el sudor y el movimiento conseguirán que elimines antes el exceso de líquidos.

- Agua: aunque parezca que no tiene sentido, combatir el agua con agua es una de las maneras más efectivas de acabar con la retención. Aumenta el consumo de agua en esos momentos e incluye en tu dieta frutas y verduras.

- Fibra: un correcto funcionamiento del sistema digestivo es sinónimo de equilibrio, y equilibrio es lo que necesitas cuando padeces retención. Además, en su recorrido por el intestino, la fibra es capaz de absorber una gran cantidad de agua.

- Potasio: el potasio ayuda a mantener el balance de numerosas funciones del cuerpo, entre las que se encuentran la presión arterial y la retención de líquidos. Los alimentos como el plátano, la papaya o la calabaza te ayudarán a librarte antes de ese peso "extra".

Fuente: Harpersbazaar

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