Es muy fácil contraer gripe, más aún tomando en cuenta su poder de transmisión y contagio, mediante toses, estornudos y la saliva.
Lleva un estilo de vida sana, que implica vacunarse frente a las enfermedades infecciosas, y lleva una alimentación variada que incluya vitaminas y nutrientes.
No comas en exceso ni sigas dietas severas, haz ejercicios moderados, evita el estrés, duerme bien y cuida tu piel, que es una barrera contra la infecciones.
La malnutrición severa compromete el sistema inmunitario. No podemos activar nuestras defensas si faltan elementos esenciales como el cobre, el selenio o el cinc.
Los nutricionistas recomiendan los zumos de frutas ricas en vitamina C (naranja, papaya, mango o kiwi), porque hidratan, son antisépticos y antiinflamatorios. También los caldos vegetales (hasta dos litros al día).
Si ya tienes gripe, hidrátate bien con bebidas calientes, pero evita alimentos que contengan levaduras (cerveza, yogures), pastas, arroz, azúcar y grasas. Estos últimos consúmelos después de la fase aguda, para que recuperes la energía perdida.
