Pedro J. Torres: Alimentos procesados abren puerta a la obesidad y afectan el intestino

“No es un dato nuevo que el intestino puede ser afectado por el consumo abundante y frecuente de alimentos procesados o que estos abren la puerta a la obesidad, pero si es una información útil que no todos atendemos e internalizamos, como debería ser”, comenta el presidente de la Fundación Torres-Picón, la cual se enfoca en prevención de la obesidad infantil, y agrega que “muchos expertos aconsejan mejorar la calidad nutricional de nuestra dieta o menú y preferir comer platos frescos más naturales”.

La obesidad infantil es un problema global “de gran peso” y es necesario estar muy conscientes de cuanto viene explicando la Organización Mundial de la Salud, apunta Pedro J. Torres.

Diferentes especialistas hablan de los alimentos procesados, su baja densidad nutritiva y sobre su mayor contenido en calorías, sodio, grasas trans y azúcar.

A esto se suman los resultados de un reciente estudio que ha comprobado que este tipo de alimentos envasados o procesados industrialmente, afectan el intestino humano y pueden causar obesidad. Así lo publican medios que hacen foco en el tema, como nature.com o vitonica.com.

-La investigación comprobó en roedores que el problema, más allá de las calorías y los nutrientes de los alimentos procesados, son sus aditivos, que pueden alterar la microbiota intestinal e incrementar el riesgo de sufrir inflamación así como aumentar las probabilidades de desarrollar obesidad y síndrome metabólico.

“Los emulsionantes son los que concretamente se han asociado a un cambio en las bacterias intestinales que favorecen la inflamación en el organismo y pueden promover el desarrollo de enfermedades frecuentes en los últimos tiempos, tales como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn. Asimismo, también pueden intervenir en el origen de síndrome metabólico y obesidad” es citado.

Los emulsionantes usados en el estudio son carboximetilcelulosa y polisorbato 80, dos componentes ampliamente usados por la industria alimenticia y que seguramente, han ingresado a nuestro cuerpo en alguna o varias ocasiones.

Las conclusiones del estudio –narra Torres– no desestiman que la ingesta de alimentos procesados afecta negativamente la salud por su mala calidad nutricional o por la cantidad excesiva que se suele ingerir, pero al parecer, sus aditivos son un factor más que fundamenta los daños que ellos pueden causar.

Esta información, circulada también por agencias internacionales de noticias, indica que dado que desde la segunda mitad del siglo XX las enfermedades intestinales se han expandido notablemente, igual que lo ha venido haciendo la obesidad, y simultánea o paralelamente se ha incrementado el consumo de alimentos procesados, quizá estemos visualizando que lo que comemos está mucho más asociado a los problemas de salud actual de lo que creemos.

Como podemos deducir y concluir a partir de la observación comentada, la prevención en salud y la buena alimentación van de la mano, puntualizó Pedro J. Torres, presidente de la Fundación Torres-Picón.

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