La ciencia confirma que los sentimientos positivos y negativos los resiente el cuerpo. Estos se manifiestan con múltiples síntomas.
Por ejemplo, la envidia produce mala salud física y desesperación emocional.
Los sentimientos además de alterar el estado mental también lo hacen a nivel físico. Esto es natural porque el cuerpo se adapta para reaccionar a peligros, oportunidades o para interactuar”, explica Lauri Nummenmaa, una de las autoras de un estudio de la Universidad de Aalto.
La envidia es querer lo que otros tienen y es atraída al observar cómo los demás obtienen pequeños o grandes logros personales, económicos o profesionales.
Guiados por esta emoción, las personas envidiosas son hostiles y actúan a escondidas; hablan mal de alguien e inventan historias falsas.
Toda esta emoción negativa le afecta con trastornos orgánicos que en ciertos casos es difícil de diagnosticar, señala información de la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana.
Fuente: Bienestar180
