Consideran que deben crearse espacios para acabar con la ignorancia y la falta de sensibilidad en el trato hacia las personas con discapacidad.
Adriana Hernández, madre de una niña de baja talla e integrante de la Fundación Pequeño Gran Mundo Venezuela, considera que deben crearse espacios para acabar con la ignorancia y la falta de sensibilidad en el trato hacia las personas con discapacidad, pues, las burlas y el rechazo dañan la autoestima, las reprimen y hacen que se encierren en si mismas.
“Andrea empieza su pre adolescencia. Las miradas, los comentarios y las burlas le incomodan muchísimo, hasta el punto de sentir deseos de llorar, siendo una niña madura, fuerte y muy independiente”.
César Gerardo Rincón, presidente de la Fundación Amigos con Sai, señala que en la organización que representa han recibido denuncias de discriminación hacía niños con discapacidad intelectual, “son los más vulnerables. Son personas con retardo mental severo con condiciones específicas o en situación de cama.
Aquí, en Falcón, tenemos registrados 375 niños en tres municipios de la Península de Paraguaná y la mayoría son víctimas de burlas y rechazo por su condición”.
Según Rincón las burlas se producen mayormente en todas las discapacidades relacionadas con el sistema nervioso central, tal es el caso de los niños autistas, síndrome de asperger, con hidrocefalia o parálisis cerebral.
“Cuando llevo mi hija Sai a la piscina la personas recogen a los niños y se van. Es como si se fuesen a contagiarse. Sé que todo esto se debe a la falta de información. Creamos la fundación para hacer enlaces ante las instituciones, para educar y evitar la discriminación”.
Cuerpo perfecto. “Estamos en un sociedad que nos bombardea para la perfección, para tener el cuerpo perfecto. Cuando conseguimos padres que se burlan de sus propios hijos, qué puede esperarse del niño. Qué le vamos pedir a un niño, si nosotros mismos no estamos sensibilizados en que somos diferentes. Muchos niños van a consulta por burlas, se trabaja autoestima, la seguridad y los valores”.
Así se expresa Karin Ortiz, psicopedagoga con experiencia en el área de discapacidad, quien señala que deben trabajarse los valores, desde la familia, escuela, comunidad y religión, para concientizar a la población. Recomienda empezar desde el preescolar, y en todos los niveles educativos, que se eduque a la gente para la inclusión de las personas con esta condición.
Fuente: Últimas Noticias
