Lo sabemos, la mayoría de las ocasiones es más sencillo entender una canción en mandarín o ruso que ser constante en el gimnasio. Y es que pretextos para no ir, sobran: no te gusta levantarte temprano, siempre estás lleno, no sabes ni por dónde empezar, no tienes tiempo suficiente, etc., etc., etc.
Aunque hacer ejercicios siempre encabeza la lista de los propósitos de año nuevo a la mayoría se le hace casi imposible lograrlo. ¡Vivir! te da algunos consejos infalibles para hacer del gym tu mejor aliado en la búsqueda por cuerpo perfecto y saludable que siempre soñaste. Es más, de seguirla apostamos que tu figura se convertirá en un “cuerpo hot”.
1. Prueba al gimnasio. Busca uno que te quede cuando mucho a quince minutos de tu casa (puntos extra si esos quince minutos los recorres en bicicleta o caminando) y solicita un pase gratis por un día, para probar las instalaciones. Averigua, por ejemplo, si las clases de spinning son demasiado duras, si hay que esperar demasiado para usar los aparatos.
La respuesta a esta última pregunta, por cierto, debe ser un “no” contundente: tu gimnasio no debe brindarte ninguna excusa para holgazanear.
2. Consigue tu propio entrenador inflexible. Contrata los servicios de un entrenador durante un mes, para aprender las técnicas apropiadas, pero no permitas que te someta a la última moda en cuanto a ejercicios desaforados, dile tú qué es lo que quieres. Sé específico.
3. Pesas o cardio. Levantar pesas te permite construir músculos, quemar grasa y eleva tu ritmo cardiaco al máximo.
Es mucho más efectivo que ponerse a pedalear en la bicicleta fija del gimnasio.
4. Vuélvete un experto en el ejercicio perfecto. Levantar la barra con peso trabaja cadera, glúteos, muslos, torso y espalda baja. Si lo haces de manera constante no vas a tener ningún problema para mover mobiliario que cualquiera hubiera pensado que requería tres personas.
5. Intenta cosas nuevas. ¿Siempre te han llamado la atención la pelota de ejercicios o las pesas rusas, pero pasabas de largo porque ya tenías tu rutina? Pues ya es hora de que los pruebes. Balancear las pesas rusas, en particular, te obligará a esforzarte tanto aeróbica como anaeróbicamente. ¿No estás seguro de cómo usarlas? Pues precisamente para eso contrataste a ese entrenador.
6. Desarrolla tu propio “estilo libre”. Si tienes la suerte como para encontrar un gimnasio con piscina, aprovéchalo para hacer cross-training. Hasta los fanáticos de gimnasio se aburren si no van variando su ejercicio. Además, en este tipo de piscinas de entrenamiento no hay espacio para flotar plácidamente, hay que moverse para no morir ahogado.
7. Que hasta la despedida sea saludable. Si te esmeras, habrás terminado en menos de una hora. Antes de salir, pasa por la cafetería del gimnasio y ordena fruta fresca, proteína en polvo y leche de almendras. Necesitas todos esos nutrientes dentro de los siguientes 30 minutos después de terminar tu ejercicio, para evitar el dolor muscular (y para desarrollar músculo).
Hacer una rutina de ejercicios también supone una gran ayuda a tú salud emocional:
Es mejor y más barato que los antidepresivos. Sea cual sea tu situación personal, al acabar el ejercicio te sientes bien. Casi siempre acabas con más energía, con vigor renovado. Los problemas se ven de distinta manera antes de entrar al gimnasio que cuando sales. Sólo tu cuerpo y un par de pesas.
El subidón de las endorfinas es real. No es un mito. De verdad sientes un aumento de felicidad instantáneo después de una buena sesión. Se trata de un montón de reacciones químicas en tu cuerpo, e incluye un intenso sentimiento de plenitud y orgullo propio que no se obtiene con las drogas.
La fuerza y la confianza. Y no sólo se nota en tu cuerpo, se denota en tu actitud. Te vuelves positivo, conciliador, resolutivo, incluso ganas cierto encanto. La gente puede no darse cuenta de qué ha cambiado, pero notarán que algo ha cambiado, a mejor.