Pastor admite tener sida y sexo con feligresas

MONTGOMERY, Alabama, EE.UU. (AP) — Un pastor en Alabama regresó a la corte el lunes para luchar por mantener su empleo tras confesar que tuvo sexo con feligresas en las mismas instalaciones de la iglesia y sin decirles que tenía sida.

El juez de circuito Charles Price dijo que decidirá en una semana si el reverendo Juan McFarland puede volver a la Iglesia Bautista Shiloh Missionary en Montgomery o si la orden del juez que le prohíbe temporalmente estar en la iglesia se hará permanente.

El abogado de McFarland, Dwayne Brown, dijo que el pastor de 47 años padece sida en etapa terminal. McFarland caminó lentamente al estrado de los testigos el lunes y habló con dificultad durante su breve testimonio.

Al ser cuestionado por un abogado de los diáconos y administradores, McFarland admitió haber confesado a la congregación durante sus sermones en agosto y septiembre que había cometido "pecados contra Dios". El abogado Kenneth Shinbaum le pidió repetidas veces que diera detalles específicos pero McFarland se reservó.

La congregación votó y decidió despedirlo el 5 de octubre. La decisión surgió tras un sermón de agosto en el que McFarland confesó tener sida y otro sermón de septiembre en el que hizo varias confesiones más: que lo habían diagnosticado con sida en 2003, que tuvo sexo con feligresas en las instalaciones de la iglesia, pero no en el santuario, y que no les reveló su enfermedad. También dijo haber consumido drogas ilegales, incluso los domingos.

Lee Sanford, presidente de la junta directiva de la iglesia, testificó que McFarland le dijo a miembros de la iglesia "que podía hacer sus sermones mejor cuando estaba drogado que cualquier otro ministro sobrio".

El abogado de McFarland dijo al juez que la iglesia aprobó normas en enero de 2013 que le daban a McFarland su empleo de por vida hasta que él renunciara. El pastor argumentó que la votación para despedirlo en octubre no fue legal.

El abogado de la junta directiva y los diáconos argumentó que McFarland propugnó por las regulaciones de 2013 sin dar una notificación adecuada a la iglesia y sin un quórum de sus miembros durante la votación. Agregó que la votación de su despido fue válida porque hubo quórum y la decisión de despedir a un ministro era viable con las normas de antes de 2013.

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