Ya conoces todos los motivos por los que deberías despedirte de ese hábito, y hoy nosotras te lo ponemos más fácil.
Como suponemos que, si eres fumadora, dejarlo estará (o volverá a estar) entre tus propósitos de año nuevo, nos hemos propuesto que lo tengas un poco más fácil. En nuestra tarea de documentación hemos ido a parar a la web de la American Cancer Society, donde hemos encontrado una guía muy práctica con consejos para dejar el tabaco en función de tu personalidad. ¿Cómo no se le había ocurrido a nadie antes?
Estas son nuestras favoritas:
- El que siempre vuelve: es decir, el que deja de fumar pero vuelve a fumar una y otra vez en una especie de bucle de tabaquismo. Consejo: evita el alcohol, porque suele ser el motivo que más incita a fumarse un cigarrito.
- El que sustituye: esa persona que opta por distraerse o sustituir a su objeto de deseo. Consejo: adquiere nuevos hábitos y trata de moverte en un ambiente de no fumadores.
- El iluminado: es decir, aquel que está convencido de que tiene que dejar de fumar porque es malo para su salud y está motivado para dejarlo. Consejo: en los momentos de flaqueza, agárrate a tu determinación. También al argumento de que será mejor para tu salud, para tu familia y para tu cuenta bancaria.
- El amigo de los medicamentos: esa persona que confía en farmacias y parafarmacias para dejar de fumar. Consejo: para dejarlo de verdad no bastan unos chicles. Es necesario cambiar tus hábitos personales.
- El que traza un plan a largo plazo: o esas personas que prefieren dejarlo poco a poco. Consejo: despacio no significa que no pase nada por fumar un cigarro hoy y cinco mañana. Dejar de fumar despacio no significa dejarlo hasta que no lo has dejado.