Al menos uno de cada cinco contagios de ébola ocurren en funerales o en situaciones directamente vinculadas a este rito. Los estudios han concluido que los cadáveres de personas fallecidas por ébola pueden ser hasta diez veces más contagiosos que los infectados vivos.
Al menos uno de cada cinco contagios de ébola ocurren en funerales o en situaciones directamente vinculadas a este rito, cuando hace tres meses era el foco de infección en más de la mitad de los casos en Liberia y Sierra Leona.
Lo confirmó el jefe del equipo de zoonosis emergentes y epidémicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Pierre Formenty, en la presentación de un nuevo protocolo sobre funerales seguros y dignos de fallecidos por el ébola.
Los casos de transmisión del virus del ébola en funerales han variado entre Guinea, Liberia y Sierra Leona, donde el virus circula de manera intensa desde el pasado marzo, con más de 13.000 afectados y cerca de 5.000 muertes en total.
Según Formenty, el pasado agosto en los dos últimos países los contagios en funerales habían llegado a representar el 60 por ciento de todos los reportados.
Sin embargo, "esa tendencia ha disminuido", declaró el experto en una rueda de prensa en Ginebra.
Los estudios han concluido que los cadáveres de personas fallecidas por ébola pueden ser hasta diez veces más contagiosos que los infectados vivos.
El contagio puede ocurrir en varias situaciones del rito funerario, que en África, y en particular en los países de su región occidental, tienen un significado muy importante para las comunidades.
Según los expertos, esas costumbres tienen que ver sobre todo con tocar, abrazar o besar al fallecido, llorar encima de él, el lavado de su cuerpo, así como con la distribución de sus pertenencias entre familiares y amigos.
Por esa razón, la OMS y las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno consideraron prioritario establecer prácticas seguras en esos ritos y sobre todo aceptables para la comunidad y las familias, a través del protocolo presentado hoy.
Formenty calificó de fundamental "la creación de una relación de confianza y respeto entre los equipos de enterradores y las familias y grupos religiosos", con iniciativas como la invitación a las familias a ayudar a cavar las tumbas, ofrecer la opción del lavado del cuerpo (o ablución) en seco y una mortaja para su envoltura.
Esas medidas "suponen una diferencia significativa en la curva de la transmisión del ébola", recalcó el experto.
En general, el protocolo de la OMS promueve la inclusión de las familias y los clérigos locales en la preparación del entierro, respetando las especificidades de cristianos y musulmanes.
Este enfoque es esencial para detener la epidemia del ébola, ya que "si al dolor por la pérdida de un familiar se agrega el causado por un entierro que consideran indigno, la próxima familia rechazará al equipo de enterradores y la transmisión aumentará", explicó Formenty.
Los equipos de enterradores con equipamiento de protección adecuado para efectuar su tarea pertenecen a las sociedades nacionales de la Cruz Roja, entrenados por expertos de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, cuya sede mundial está en Ginebra.
Esta institución detalló hoy que los equipos de enterradores y desinfección de las casas de los fallecidos han efectuado 2.292 entierros y cremaciones de víctimas de ébola en Liberia, 1.203 en Guinea y 909 en Sierra Leona.
A pesar de su meritorio trabajo, esos equipos -en gran parte formados por voluntarios- son víctimas de ostracismo y estigmatizados en sus propias comunidades, que los consideran diseminadores del virus.
La aplicación del nuevo protocolo de la OMS intenta también acabar con esos prejuicios, garantizando que el procedimiento de los entierros sea lo más seguro posible. EFE