Los pitidos en los oídos solo molestan al que los oye, y por esta razón son difíciles de explicar. En estos casos, el silencio puede volverse insoportable, puesto que refuerza esa sensación sonora. Pero, ¿de dónde viene ese ruido y cómo se pueden limitar sus efectos?
El pitido en los oídos no es una enfermedad, sino un síntoma. Es un soplo, un chirrido, un zumbido, una pulsación que se escucha sin cesar durante el día y la noche, en el oído o en la cabeza, sin ningún tipo de estímulo sonoro externo. Ciertamente, este problema puede hacer que la vida del paciente se vuelva realmente insoportable en los casos más graves.
El funcionamiento del oído
Para comprender el origen de los pitidos, conviene saber cómo funciona la audición. El sonido se propaga en el aire en forma de vibraciones. Estas vibraciones se captan en el pabellón de la oreja y luego atraviesan el conducto auditivo para hacer vibrar el tímpano, como si fuera la piel de un tambor. Una vez amplificadas, se transmiten a tres pequeños huesos y luego a la cóclea.
La cóclea contiene células especializadas en la audición. Al ondularse, envían una señal al nervio auditivo que la transmite al cerebro. Diferentes zonas intervienen entonces para descifrar y dar sentido a los diferentes sonidos captados por el oído.
Contrariamente a este mecanismo clásico de audición, los pitidos no son sonidos que proceden del exterior, sino más bien del interior. Algunos de estos ruidos son de origen vascular, y otros son por el contrario de orden mecánico, como por ejemplo un problema de transmisión de las vibraciones o un traumatismo como consecuencia de una detonación o de un accidente de inmersión en el agua.
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En realidad, hay tantos tipos de pitidos como de causas. El pitido es un síntoma que esconde normalmente una enfermedad subyacente, como la enfermedad de Meniere o una otospongiosis. Finalmente, el origen puede ser general, como en los casos de hipertensión arterial. Esta dificultad de encontrar la causa complica el tratamiento y su eficacia.
Los pitidos son subjetivos
El pitido es un ruido subjetivo que es percibido a nivel del oído o del cráneo. Se puede escuchar de un solo lado o de los dos. Puede ser temporal, tras un esfuerzo o tras una noche en una discoteca con la música muy fuerte, pero también se puede percibir sin interrupción, día y noche.
Esta sensación sonora no está relacionada con un ruido externo. La persona afectada es la única que escucha este pitido, percibido esencialmente en el silencio.
Ahora que ya sabes por qué sientes un pitido en los oídos, puede ser un buen momento para considerar si debes visitar o no al médico. Y tú, ¿por qué tienes el pitido?
