Obesidad infantil: cómo prevenirla y tratarla

  • por iMujer sábado 25 octubre 2014

El sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo, con un número promedio de 3,4 millones de muertes adultas por año. Los chicos también la padecen y estar alerta es fundamental. 

En los últimos treinta años la obesidad se duplicó en los niños y se triplicó en los adolescentes. En 2012, más de 40 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso. 

Estamos ante una enfermedad que afecta a cada vez más personas en el mundo y, como sabemos, los niños no escapan a ella. Sus hábitos alimenticios pueden afectar seriamente su salud siendo la obesidad una enfermedad que puede prevenirse. 

No es sólo una cuestión de estética. La obesidad infantil puede traer aparejada la diabetes o enfermedades cardiovasculares, además de otros problemas psicológicos y de salud.

Cómo prevenirla 

Es importante que ante los primeros signos consultemos con un especialista y los alimentemos de modo sano. No te pierdas estas recomendaciones para evitar la obesidad infantil y ponete en acción.

Mantener una dieta saludable. 
Realizar actividad física: entre los 5 y los 17 años se recomiendan 60 minutos diarios. 
Evitar el exceso en la ingesta de alimentos hipercalóricos: son ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas y minerales.
Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Lograr un equilibrio energético y un peso normal.

En una primera instancia dependerá de la edad de cada niño y de las condiciones médicas existentes antes de empezarlo. Para la mayoría, incluye cambios en la dieta diaria y aumento de la actividad física.

El objetivo del tratamiento de la obesidad en los niños es, básicamente, no aumentar de peso. Como están en constante crecimiento, es mejor que se desarrollen sin subir de peso y alimentándose de forma saludable.

Dependiendo de las complicaciones de salud existentes de un niño, el tratamiento puede incluir un equipo multidisciplinario compuesto por un médico de familia, nutricionista, psicólogo y entrenador físico.

En casos extremos se pueden usar medicamentos o dietas muy bajas en calorías. Aunque no es lo más recomendable. Pero siempre dependerá de la recomendación del profesional a cargo.

Entonces, estar atentos a la prevención y al desarrollo físico de tu hijo es el primer paso. No dejes de prestar atención a su alimentación y asegurate de que sea rica en frutas, verduras y cereales, especialmente si sabés que tiene tendencia a engordar. No olvides también de que tiene que realizar actividad física a diario.

Podés evitar o colaborar con reducir el riesgo de la obesidad infantil en los niños. Tu hijo podría ser una víctima: asegurate de que no lo sea. 

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