¿Qué hacer cuando un niño sufre estrés?

Existen niños, bebés, hasta incluso fetos estresados. La ansiedad la ocasiona no sólo una situación, sino el cómo se aborda la situación. Eso es lo que realmente causa estrés.

Al final, no podemos cambiar o evitar ciertos eventos, ciertas realidades, pero sí podemos cambiar el ángulo desde donde lo vemos y lo abordamos como adultos. En la mayoría de los casos, los niños estresados vienen de casas estresadas.

Andrea Berend, directora de la Franquicia Kids Planet, lo explica de la siguiente forma: “Lo que debemos comprender es que antes de pensar en atender a un niño estresado, se debe revisar la familia directa, el núcleo es uno solo. Por lo tanto, es fundamental que cada representante comience el trabajo desde su interior, observándose, escuchándose, como una vía para hallar las respuestas a las conductas de sus hijos”.

“Luego de la observación –continua Berend- lo recomendable es propiciar los momentos de calidad, la conversación, las desconexiones a sitios naturales, la desconexión en casa -compartir en familia sin televisión, sin computadora, sin teléfono-, sustituyendo lo anterior por lectura de cuentos, por disfrutar a través de obras de teatro, por jugar, por cantar juntos, por reírse a través del humor, entre otras opciones que se adapten mejor a la dinámica familiar. La crianza amorosa y respetuosa siempre será la mejor forma de evitar el estrés y la ansiedad en los niños”.

Durante la edad temprana que va desde de 0 a 3 años, es recomendable ayudarlos a drenar con masajes, terapias naturales como el Reiki, muchísima contención, conversación al bebé, explicarle todo -porque perciben el tono de voz y las emociones que estamos transmitiendo- y muchísimo trabajo en familia como una forma de reducir la fatiga en los más pequeños de la casa.

Ante un niño mayor, debemos igualmente contenerlo, darle apoyo, motivarlo con amor, y permitirle que sea niño. Entendiendo que a cada uno de ellos se le presentan problemas,-tan importantes como los problemas de los adultos.

Lo aconsejable es observarlos a tiempo, para poder auxiliarlos con amor y respeto en el momento en que lo necesiten, evitando que el estrés, llegue a convertirse en un trastorno para el niño.

Si aun así, los padres continúan detectando conductas que les preocupan, pueden escribir detalladamente todo lo que hace su hijo y consultarlo con un especialista. Así como también pueden pedir apoyo en la escuela, para que planifiquen actividades lúdicas que los ayuden a drenar y expresar sus sentimientos.

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