La malaria: síntomas, prevención y tratamiento

En 2012, la malaria causó cerca de 627 000 muertes, sobre todo en niños de África, donde cada minuto muere un niño a causa de la enfermedad. Se transmite a través de lo zancudos, como el dengue o el chikungunya. Conozca más sobre ella, especialmente los síntomas, tratamientos y prevención.

El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados.

Entre los síntomas del paludismo destacan la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales. En muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.

Afortunadamente, el paludismo es prevenible y curable. Gracias al aumento de las medidas de prevención la tasa de muerte se ha reducido en más de un 45% desde el año 2.000.

Entre quienes deben extremar las medidas de prevención se encuentran los viajeros y turistas que llegan desde zonas sin malaria a áreas de riesgo: estas personas son muy vulnerables a la enfermedad.

¿Qué es la malaria?

Es una enfermedad que se transmite por la picadura de mosquitos que a su vez están infectados por parásitos. Concretamente, los mosquitos tipo Anopheles infectados por el parásito Plasmodium. Estos mosquitos pican sobre todo entre el anochecer y el amanecer.

Transmisión

El mencionado mosquito es el único que transmite la malaria. La intensidad de la transmisión depende de factores relacionados con el parásito, el mosquito, el humano y el medio ambiente. Estos mosquitos se crían en agua dulce de poca profundidad (charcos, campos de arroz o huellas de animales).

La transmisión también depende de condiciones climáticas que pueden modificar el número y la supervivencia de los mosquitos, como el régimen de lluvias, la temperatura y la humedad. En muchos lugares la transmisión es estacional, alcanzando su máxima intensidad durante la estación lluviosa e inmediatamente después.

Se pueden producir epidemias de paludismo o malaria cuando el clima y otras condiciones favorecen súbitamente la transmisión en zonas donde la población tiene escasa o nula inmunidad, o cuando personas con escasa inmunidad se desplazan a zonas con transmisión intensa, como ocurre con los refugiados o los trabajadores migrantes.

Quiénes tienen riesgo

Con el paso de los años, quienes viven en zonas de riesgo suelen inmunizarse, aunque no completamente. A los niños no les da tiempo, por eso tienen más riesgo, así como embarazadas, enfermos de sida y otros con el sistema inmunológico comprometido.

Sin embargo, las personas que son de lugares en los que no hay malaria, tienen igual riesgo al viajar a zonas de malaria, independientemente de la edad que tengan.

Aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de padecer malaria. Además de en África, hay riesgo en Latinoamérica, Asia y, en menor medida, Oriente Medio y algunas zonas de Europa. En 2013 el paludismo estaba presente en 97 países y territorios.

La enfermedad se caracteriza por la fiebre aguda, además de por el dolor de cabeza, los escalofríos y vómitos. Estos síntomas suelen aparecer entre una semana y dos después del contagio. También puede presentarse anemia, heces con sangre, convulsiones, ictericia (tono amarillento), naúseas y coma.

Depende del tipo de paludismo, si no se trata en las primeras 24 horas puede ser mortal, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales.

La malaria, en especial la malaria por Plasmodium falciparum, es una emergencia médica que requiere hospitalización.

Se pueden necesitar cuidados médicos, entre ellos líquidos intravenosos (IV) y otros medicamentos, al igual que soporte respiratorio.

La elección del medicamento depende en parte de dónde estaba el paciente cuando resultó infectado. A menudo se utiliza la cloroquina como antipalúdico; sin embargo, las infecciones resistentes a la cloroquina son comunes en algunas partes del mundo. Otros medicamentos pueden usarse en este caso.

Prevención

De momento no existe vacuna contra la malaria. Quienes viajen a zonas de riesgo pueden tomar medicamentos para prevenirla (basados en la artemisinina), pero estos suelen causar efectos secundarios, por lo que es necesario consultar la decisión con el médico.

Por otro lado, la prevención se centra en evitar la picadura de mosquito mediante el uso de repelentes, mosquiteros impregnados en insecticida y la fumigación de los espacios cerrados.

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