â??Una lucha como la que se lleva a nivel global para prevenir y tratar la obesidad, grueso problema multifactorial de salud pública que nos involucra a todos, supone promover básicamente una alimentación y hábitos de vida saludables, hacer ejercicio físico y además mantenernos atentos a conocer y compartir información responsable y de buena fuente, lo cual no excluye el campo del estudio y el desarrollo farmacológicoâ? explica el vocero y presidente de la Fundación Torres-Picón, dedicada a prevención de la obesidad infantil. ¿Es la liraglutida, un posible nuevo fármaco contra la obesidad? ¡Aún no se sabe de manera concluyente! Pero les comentamos qué se ha investigado desde hace unos años.
Ya antes hemos dicho que si un niño presenta exceso de peso, este es un problema familiar, y se hace necesario el compromiso y colaboración de todos los integrantes del grupo en que se cuide su alimentación. Ello evitará no sólo el sobrepeso del pequeño o la pequeña sino la obesidad infantil y sus graves consecuencias en la edad adulta. â??No es un asunto de modas o tendencias ni de la preferencia de perfilar la imagen de tal o cual persona. Es un asunto de salud pública internacional. Simplemente, la obesidad mata. Por ello la Organización Mundial de la Salud viene alertando respecto a la necesidad de detener su expansión globalâ? recuerda Pedro Torres Ciliberto, y añade que, â??así como no es solamente un problema de los padres, sino igual de los hermanos, etcétera, de lo que hablaremos en otra oportunidad, la lucha contra la obesidad es una cruzada de la que participan además de las ciencias médicas la industria farmacológicaâ?. -No obstante, el criterio más prudente y válido en el manejo de la obesidad corresponde claramente al médico tratante. La â??liraglutidaâ? es un medicamento destinado a la diabetes que obtuvo, según sus creadores, un resultado prometedor también contra la obesidad, sobre todo comparado con el â??orlistatâ?. Sin embargo, hay algunos aspectos cuestionables y se requiere más investigación a largo plazo. Por todo ello, hay que ser prudentes; incluso, quizá un poco escépticos, han señalado algunos medios especializados. La epidemia de obesidad que sufren las sociedades desarrolladas y las que no, y los variados problemas de salud que se derivan de la misma, ha hecho que se busquen soluciones farmacológicas. Hasta ahora, los resultados no son más que discretos: los medicamentos son caros, proporcionan una reducción de peso escasa, tienen efectos secundarios y, si se abandona el tratamiento, se recupera el peso perdido. Con la liraglutida se ha pretendido cambiar este panorama, pero aún no se sabe si lo conseguirá. Una investigación preliminar, dirigida por Arne Astrup, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y patrocinada â??hay que tenerlo en cuentaâ?? por la compañía fabricante, Novo Nordisk, fue publicada â??on lineâ? en la prestigiosa revista "The Lancet". Se realizó sobre 564 personas de 19 puntos de Europa. Durante algo menos de cinco meses (20 semanas), se las sometió a una dieta baja en calorías, ejercicio, y la toma, en tres grupos diferentes, de liraglutida (en distintas dosis), orlistat o un placebo.
Los resultados, según los investigadores, mueven al optimismo, ya que el fármaco en estudio logró una mayor reducción de peso que el orlistat: de 4,8 a 7,2 kilos para la liraglutida (según la dosis), frente a 4,1 del orlistat y 2,8 del placebo. A las dosis más altas, el 76% de los participantes perdió más de un 5% de su peso, y casi un 30% de ellos perdió un 10%. Hay que tener en cuenta que los expertos coinciden en que perder un 5% de peso supone una reducción drástica del riesgo cardiovascular. Hasta aquí, las noticias buenas; sin embargo, hay que conocer otros aspectos que mueven a la reflexión y matizan lo anterior. En primer lugar, hacen falta estudios más completos y a largo plazo, como reconocen los propios investigadores. Además, los efectos secundarios (náuseas y vómitos, fundamentalmente), si bien de carácter leve y transitorio, fueron muy comunes. Por otra parte, si se analizan los resultados con ojo crítico, y si se considera, al menos en una primera aproximación, que del peso rebajado habría que restar 2,8 kilos debido a la dieta y al ejercicio (reducción obtenida por el grupo del placebo), los resultados atribuibles en sí a la liraglutida se quedan en 2 y 4,4 kilos, según la dosis. Este razonamiento se publica también en un artículo en la Internet especializada. Tales resultados, aunque son claramente mejores que con orlistat (que se limita a unos exiguos 1,3 kilos) siguen sin ser espectaculares, y más aún si tenemos en cuenta que, previsiblemente, en caso de abandonar el tratamiento se recuperaría lo perdido, como ocurre con otros fármacos. Por último, la forma de administración, inyectable, puede suponer complicaciones y molestias. También hay que matizar que algunos expertos, como George A. Bray, muestran su extrañeza por el escaso resultado del orlistat en la investigación que comentamos, mucho menor que en otros. Se concluye en el análisis crítico que, â??si bien la liraglutida no es, ni mucho menos, la solución al problema, sí podría suponer un avance importante, siempre que estos resultados no quedan invalidados por investigaciones posteriores ni por la práctica clínica, como ha ocurrido ya con otro medicamento que fue preciso retirar del mercado. Acabar con la obesidad es un objetivo de tal importancia que cualquier avance, aunque sea pequeño, será bienvenidoâ?. Así vemos como â??diferentes profesionales y especialistas de la salud vienen auscultando o examinando los posibles avances. Nosotros insistimos en que debemos estar informados, pero el criterio más válido y prudente en el manejo de la obesidad respecto a los medicamentos y tratamientos corresponde claramente los médicos así como a las autoridades sanitarias de cada paísâ?, apunta Torres Ciliberto, presidente de la Fundación Torres-Picón. GF/EDC