Pedro Torres Ciliberto: Experto recomienda reeducación alimentaria en Venezuela

Observamos, que en Venezuela se va tomando conciencia sobre este problema multifactorial. Estamos convencidos de que es en las edades tempranas cuando debemos cuidar sobremanera la salud, y así evitar complicaciones futuras.

Comer balanceadamente, ingiriendo alimentos sanos, hidratarnos con agua potable y hacer ejercicio físico con regularidad son el mejor “medicamento” preventivo, complementa el presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón, al compartir dos informaciones que esa institución, enfocada en la prevención del sobrepeso y la obesidad, estima relevantes y de alta responsabilidad social.

La recolección de datos e identificación de planteamientos que pueden ser útiles en la prevención de la obesidad y el sobrepeso, o en su tratamiento, no excluyen países ni continentes, pues como todos sabemos se trata de un genuino problema global, alertado y reconocido por las Naciones Unidas, por medio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que todos debemos hacer algo, e igualmente, algo tenemos que aportar, comenta Pedro Torres Ciliberto.

En el marco del XLVII Congreso Venezolano de Cardiología, la doctora Martha Sánchez, cardiólogo que se desempeña en el Hospital Domingo Luciani de Caracas, dio a conocer los resultados parciales de un estudio para conocer los factores de riesgo de la mujer en Venezuela, informando que el sedentarismo y la obesidad desde el punto de vista de la salud cardiovascular figuran entre los primeros.

El estudio ha ido mostrando que casi un 40 por ciento de las mujeres de la muestra es obesa luego de los 30 años.

En otro orden de ideas, días antes, entrevistado por el diario El Impulso, el experto en obesidad y sobrepeso Fabián Acurero, planteó la necesidad de reeducar en cuanto a su alimentación a los venezolanos.

Lo cual, en la Fundación Torres-Picón, nos parece clave, sin olvidar lo conveniente que resulta a la par de una alimentación saludable la práctica del ejercicio físico por parte de niños, jóvenes y adultos.

Para este “obesólogo”, aunque se trata de una enfermedad crónica multifactorial, puede que hábitos alimenticios propios de la mesa criolla, como el consumo de arepas, dos y hasta tres veces al día, contribuya a la misma. Para Acurero, comerse un jojoto es mucho más sano que ingerir una arepa de harina de maíz precocida.

"Cuando comemos una arepa, no consumimos maíz, sino el bagazo de éste” declaró. Respecto al hábito alimenticio de la arepa como tradición y legado, agregó que es mucho más sano comer una arepa de maíz pilado o pelado. Sobre la cantidad de veces por día, aconsejó hacer un consumo mínimo, a fin de darle tiempo al cuerpo, al metabolismo, para procesar o quemar ese carbohidrato.

“Los latinos deberíamos consumir más maíz que trigo, pero la mesa venezolana se muestra asimismo repleta de panes, arroz, pastas y papa, lo que nos hace una población propensa a ser obesa y hasta diabética”. Recordó que los venezolanos de antes vivían hasta 110 años, a pesar de comer arepas en las tres comidas.

“Pero esto sucedía porque ellos mismos sembraban el maíz, lo cosechaban, molían y llevaban al budare”. Una o dos arepas al día no harán del venezolano una persona obesa, pero si estas se consumen acompañadas con pastas, arroces y frituras, lo harán engordar, por las azúcares y la harina implícita.

Un almuerzo común en las mesas venezolanas es el “pabellón criollo” o la pasta con carne molida, que además puede estar acompañada de pan o arepa, mayonesa y algún refresco de cola. Fabián Acurero señaló que de este último plato, sólo la carne es realmente nutritiva y el resto se suele consumir no para alimentar sino para sentir llenura, un grave error.

"Los venezolanos llenamos el estómago de comida, sin importarnos qué tan beneficioso es eso que estamos comiendo”, comentó el especialista y así lo publicó el diario El Impulso.

A su juicio, no existe una cultura alimentaria en Venezuela. "Es preocupante asistir al supermercado puesto que, además de enfrentarte a la escasez, ves cómo comen las personas. Regularmente se aprecian carritos repletos de productos que no alimentan y quienes compran vegetales o frutas dejan que a la semana estos se dañen en sus hogares, por no saber cómo prepararlos y en consecuencia no saber comerlos”.

Acurero señaló que la buena alimentación no se puede ver como un gasto en el presente, sino como una inversión a futuro, ya que de esta manera la persona evita padecer de ciertas enfermedades más adelante y convertirse en un farmacodependiente de productos que controlan triglicéridos, colesterol, índices de azúcar y otros marcadores.

“A principios de 2014 el presidente de Venezuela se expresó preocupado por los altos índices de obesidad registrados, próximos al 38%. De allí que exhortara al viceministerio de producción alimentaria a diseñar una dieta balanceada”.

El experto opina que el gobierno también ha sido responsable de la problemática, puesto que la oferta de productos de la red pública de alimentación, está constituida en un 70% por alimentos harinados o a base de harina, los cuales también suelen ser vendidos como parte de un combo de harinas, pastas, arroces, azúcar y otros productos, o como condicionante para la compra de un pollo, por ejemplo.

A su juicio el Estado venezolano no incentiva el consumo de frutas y vegetales. Sumado a que proteínas como las carnes, blancas y rojas, han escaseado.

El especialista apoya y promueve retomar los hábitos alimenticios de los aborígenes venezolanos, que previo a la colonización consumían una dieta basada en los productos de la caza, pesca y recolección de algunos tubérculos, según la temporada del año. Basada en los hábitos alimenticios del hombre paleolítico, propone entonces la “paleodieta”. Comentó que las personas que desean tener un buen metabolismo deben comer unas seis veces al día (pocas cantidades).

Principalmente un desayuno rico en carnes, pollo, pescado, huevos, algún tubérculo como la yuca, semillas y aguacate. Recomendó almorzar ensaladas crudas, vegetales cocidos como brócoli y coliflor, y carne, pollo o pescado. Para la cena indicó que la persona puede comer carne, pollo o pescado acompañado de algún vegetal.

También se deben consumir coco, almendras, nueces, pistacho y merey, excelentes para acompañar los desayunos o tomar en las meriendas. Hizo especial énfasis al concluir en el consumo de chocolate oscuro sin azúcar. -Como observamos, en Venezuela, desde diferentes puntos de vista, se va tomando conciencia sobre este problema multifactorial.

Estamos convencidos de que es en las edades tempranas cuando debemos cuidar sobremanera la salud, y así evitar complicaciones futuras.

Comer balanceadamente, ingiriendo alimentos sanos, hidratarnos con agua potable y hacer ejercicio físico con regularidad son el mejor “medicamento” preventivo, apuntó Pedro Torres Ciliberto, presidente y vocero de la Fundación Torres-Picón. GF/EDC

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