Trabajar de noche afecta el metabolismo de la glucosa, por lo cual este tipo de empleo parece aumentar el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
Un estudio realizado por el Hospital Brigham And Women’s y la Universidad de Harvard (Estados Unidos) encontró que las personas que trabajan de noche presentan un peligro elevado de desarrollar intolerancia a la glucosa. Christopher Morris, especialista que condujo el estudio, afirma que “es sorprendente que un solo día de trabajo nocturno pueda modificar fuertemente la tolerancia a la glucosa y aumentar el nivel de insulina”.
Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Sleep.
NOCHES PELIGROSAS
Los investigadores trabajaron con un grupo de voluntarios que no sufría ninguna patología ni sobrepeso. Durante ocho días, estuvieron en el laboratorio haciendo trabajos nocturnos y, a continuación, pasaron la misma cantidad de tiempo cumpliendo labores en la jornada diurna habitual.
Los participantes siguieron una alimentación común y corriente, comiendo a horarios específicos y acordes al turno de trabajo que estaban realizando. Morris tomó muestras de sangre antes de las comidas y en distintos períodos del día y la noche, durante y después de la jornada laboral.
La investigación mostró que un solo día de trabajo nocturno hizo que el pico de glucosa fuera 16% mayor. Además, el nivel de glucosa en sangre fue entre 40% y 50% mayor que el registrado en la jornada diurna.
Morris afirma que “estos hallazgos son importantes porque demuestran que, en las condiciones altamente controladas de un laboratorio, la exposición al trabajo nocturno afecta la tolerancia a la glucosa. Y la forma crónica de esta condición muy probablemente conduce a la diabetes tipo 2″.
