La enfermedad inflamatoria intestinal controla la vida del paciente si no es tratada

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) representa un grupo de afecciones intestinales inflamatorias crónicas, que se presentan fundamentalmente en dos entidades: la Colitis Ulcerativa y la Enfermedad de Crohn, patologías que pueden generar anemia, estenosis o estrechez de la mucosa colorrectal, ulceraciones profundas, perforaciones, formación de abscesos, inconvenientes por infección asociada, fistulas, entre otras.

La enfermedad inflamatoria intestinal produce una perturbación en la vida de quienes la padecen. “Hay algunas publicaciones médicas según las cuales la Colitis Ulcerativa se ubica entre la segunda o tercera enfermedad crónica con mayor alteración en la calidad de vida de los pacientes”, destaca Juan Semeco, médico internista e inmunólogo clínico.

“Cuando se le pregunta al paciente si siente que la enfermedad inflamatoria intestinal limita en algún momento su vida, su respuesta es bastante impactante, en el sentido de que sienten que no solo la restringe, sino que la enfermedad o la condición controla su vida. Todo lo que tiene que ver con su desenvolvimiento diario, social, familiar, laboral está afectado por este tipo de patología crónica”, señala el especialista.

Uno de los principales problemas a vencer para la obtención de un diagnóstico temprano, tanto de Enfermedad de Crohn como de Colitis Ulcerativa, es que, debido a que otras patologías tienen mayor prevalencia en la población venezolana, no suelen ser detectadas de manera precoz.

“Hay muchas otras condiciones en la esfera de la gastroenterología que tienen síntomas similares y que son más frecuentes y, por tanto, el médico las sospecha más y el mismo paciente puede confundirlo con otras condiciones, por ejemplo: el síndrome de intestino irritable, infecciones intestinales sobre todo por parásitos, entre otros. Por ello, si el médico no piensa en la enfermedad inflamatoria intestinal, tiende a darle tratamientos con los cuales el paciente puede presentar algunas mejorías en cuanto a síntomas y volver a su vida normal por un tiempo, pero luego presentar nuevas crisis”, indica el Dr. Semeco.

Sin el tratamiento adecuado, el paciente de enfermedad inflamatoria intestinal puede evolucionar muy mal. “Pasa muchos años de su vida con crisis de diarrea, dolor abdominal, sangramiento, va perdiendo peso, se desnutre. En el caso de la Colitis Ulcerativa y también en el caso de Crohn, probablemente, en un lapso de 10 años, el paciente irá muchas veces al quirófano a operarse por las complicaciones de la enfermedad, y lo más temido es que si el paciente no evoluciona satisfactoriamente, termine con un cáncer colorrectal, que tiene una alta tasa de mortalidad”, indica el especialista.

En el otro escenario, con un tratamiento adecuado, el panorama varía positivamente. “Con una terapia oportuna, si el paciente es diagnosticado a tiempo, a pesar de que no se va a curar - porque es una patología de causa desconocida y hay muchos factores que la influencian - se va a controlar la condición y el paciente tendrá una calidad de vida satisfactoria”, comenta el médico.

“La recomendación es buscar la enfermedad. Tenemos una falsa concepción de que se desarrolla solo en europeos. Pero Venezuela tiene una particularidad: una alta inmigración europea y precisamente, por eso pensamos que pudiera haber mucha más enfermedad inflamatoria intestinal de la que se está diagnosticando”, resalta Semeco.

Una de las alternativas para abordar la patología es la terapia biológica, la cual “ha demostrado que puede detener la progresión de la EII, reduciendo las hospitalizaciones, complicaciones y la necesidad de cirugía, restaurando así la calidad de vida del paciente”, señaló el médico internista e inmunólogo clínico.

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