¿Qué es la gonorrea?

La gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual, se hace cada vez más resistente a los antibióticos disponibles, lo que incluye el último antibiótico oral usado para tratar la bacteria, muestra una nueva investigación canadiense.

En un estudio de casi 300 personas infectadas por Neisseria gonorrhoeae, los investigadores hallaron una tasa de fallo del tratamiento de casi el 7 por ciento de las personas tratadas con cefixima, el último antibiótico oral disponible para la gonorrea.

“La gonorrea es una bacteria que es fenomenal en su capacidad de mutar rápidamente, y ya no contamos con la misma abundancia de opciones”, planteó la autora del estudio, la Dra. Vanessa Allen, microbióloga médica de Public Health Ontario, en Toronto. “Tenemos que comenzar a pensar en cómo administramos los antibióticos, dado que se acaban las opciones. Creo que la gonorrea se convertirá en un paradigma de la resistencia a los fármacos en general”.

Otro experto estuvo de acuerdo.

“Hemos tenido suerte. Por bastante tiempo hemos tenido tratamientos para la gonorrea que son sencillos, baratos y efectivos, y de una sola dosis”, explicó el Dr. Robert Kirkcaldy, epidemiólogo médico del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU., que escribió un editorial que acompaña al estudio. “Pero ahora se nos acaban las opciones de tratamiento, y hay una posibilidad muy real de que en el futuro haya gonorrea intratable. Es una grave crisis de salud pública en el horizonte”.

Los CDC están tan preocupados que la agencia emitió unas nuevas recomendaciones para el tratamiento el agosto pasado. Los CDC aconsejaron a los médicos que dejaran de usar cefixima para tratar la gonorrea, y que en su lugar utilizaran el antibiótico inyectable ceftriaxona. La ceftriaxona es de la misma clase de antibióticos que la cefixima.

Los CDC también han recomendado que los médicos vigilen muy de cerca a sus pacientes para asegurarse de que el tratamiento funciona, y añadir una segunda clase de antibióticos al tratamiento si sospechan que la inyección de ceftriaxona no ha acabado con la infección.

La gonorrea es una infección extremadamente común. En 2011, se reportaron más de 320,000 casos en EE. UU. Los expertos sospechan que el número real de infecciones se acerca más a las 700,000, dado que con frecuencia la infección no tiene síntomas, señaló Kirkcaldy.

Si no se trata, la gonorrea puede provocar infertilidad tanto en hombres como en mujeres, y aumenta la susceptibilidad de la persona al VIH. Puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica, una dolorosa afección que provoca cicatrices en el tracto reproductivo de las mujeres y que aumenta el riesgo de embarazo ectópico (un embarazo fuera del útero), según los CDC. Allen añadió que la gonorrea sin tratar en las mujeres embarazadas puede llevar a infecciones oculares, e incluso ceguera, en los recién nacidos.

Desde los años 40, la gonorrea ha estado superando a los antibióticos usados para tratarla. La gonorrea es resistente a las sulfonamidas, penicilinas, tetraciclinas y fluoroquinolonas, según Kirkcaldy.

Tras escuchar los reportes anecdóticos de que la gonorrea desarrolla actualmente resistencia al último antibiótico oral disponible, y tras oír a investigadores japoneses que dijeron que comenzaban a ver resistencia a la cefixima, Allen y colegas revisaron casi 300 casos pasados de infección por gonorrea.

De esa muestra, 133 regresaron a hacerse una nueva prueba. Se halló que nueve personas (el 6.8 por ciento) eran resistentes a la cefixima. Esto deja a la ceftriaxona como el único antibiótico ante el cual la gonorrea no ha desarrollado una resistencia significativa. Sin embargo, dado que proviene de la misma familia de antibióticos, Allen advirtió que la resistencia a la ceftriaxona probablemente sea inevitable. La única pregunta es cuánto tardará.

Kirkcaldy se hizo eco de la misma urgencia.

“Tenemos que evitar que la gonorrea intratable se convierta en realidad, y eso significa que necesitamos urgentemente nuevas opciones de tratamiento”, planteó. “La creación de nuevos antibióticos se ha hecho escasa. Tenemos que fomentar la investigación y la inversión para desarrollar nuevos fármacos y nuevas combinaciones de fármacos”.

A nivel individual, aconsejó los esfuerzos de prevención. “Use preservativos de forma constante y correcta. Practique la monogamia. Hable con su médico sobre si debe hacerse una prueba o no”, sugirió. “Muchas infecciones no provocan síntomas. Pero si una infección se trata rápidamente, se reducen las probabilidades de transmitirla a otros”.

Los resultados del estudio aparecen en la edición del 9 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.

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