Medicamentos falsos.- Una vez más se confirma que los problemas que no salen en los periódicos no merecen la atención de los funcionarios, que no se dan por enterados de su existencia hasta que un titular periodístico, con tono de alarma, los trae de vuelta a la realidad.
Bastó un amplio y bien documentado trabajo de investigación de Minerva Isa sobre la falsificación de medicamentos y todo lo que envuelve ese negocio criminal en el país, publicado por este diario a principios de semana, para que nos enteremos, por boca del Ministro de Salud Pública, de que ese ministerio investiga a varios centros donde se estaría adulterando medicamentos.
El doctor Freddy Hidalgo explicó a El Nacional que esas pesquisas permitirán desmantelar, con las pruebas en las manos, esos laboratorios, pues no permitirá que “inescrupulosos criminales” jueguen con la salud de los dominicanos. El funcionario también reveló al vespertino que el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, le asignó un procurador adjunto para todos los problemas que se presenten en Salud Pública, lo que permitirá agilizar las acciones de persecución y sometimiento a la justicia de los falsificadores.
Complace saber de la buena disposición del doctor Hidalgo, quien aseguró que en ese ministerio están siendo rigurosos para determinar que los medicamentos que salen al mercado reúnen los estándares y requisitos para ser legalizados y comercializados. Pero sea porque esas acciones puntuales no se cacarean lo suficientemente alto y fuerte, o porque el problema de la falsificación y adulteración de medicamentos es tan grande que esas acciones apenas se notan, lo cierto es que la percepción es de que se hace muy poco o prácticamente nada por enfrentar una actividad criminal que crece y se multiplica (se calcula que ese negocio mueve 1,000 millones de pesos al año, equivalentes al 10% del mercado global del país) a expensas de la indefensión de la población.