¿Es malo tomar demasiada agua?

Estamos en verano y en determinados momentos del día el calor es abrasador e insoportable. Por ello, los expertos siempre han recomendado ingerir líquidos aunque no tengamos sed con el fin de mantener el cuerpo hidratado. Bajo esta excusa, son muchos los que se apresuran a beber grandes cantidades de agua pensando que su abuso no conlleva perjuicio alguno para la salud. Otros utilizan esta fórmula pensando que es un buen aliado a la hora de adelgazar.

“Lo más peligroso es que se ha extendido el rumor de que beber agua en grandes cantidades ayuda a adelgazar. En primer lugar, es falso y en segundo lugar, una hiponatremia debido a hipertensión puede acarrear serios problemas para la salud: aumenta considerablemente el esfuerzo del corazón y de los riñones, y puede provocar edema pulmonar”, explica Rosa García Alcón, experta en tratamiento dietético de enfermedad renal crónica.

Lo cierto es que hay quienes abusan de este preciado bien de la naturaleza y que compone nuestro organismo en un 60%, pero, como todo, los excesos son malos y las consecuencias pueden ser severas, ya que altera el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre.

De acuerdo a la experta en una publicación del portal Qué, esta obsesión se conoce como potomanía o ‘polidipsia psicogénica’ y se trata de un trastorno que consiste en la ingesta abusiva de agua y demás líquidos sin la sensación previa de sed. Estas personas pueden llegar a beber entre 6 y 10 litros diarios sin haber realizado ningún tipo de ejercicio o actividades que requieran un sobreesfuerzo. “La cantidad recomendada de ingesta de líquidos diarios es de entre 1,5 y 2 litros para mantener el cuerpo hidratado”, asegura la experta.

Pero, ¿qué consecuencias tiene este exceso? Rosa García Alcón explica que “los riñones se encargan de mantener el equilibrio hídrico de nuestro organismo, eliminando o reteniendo agua. Un exceso de líquido conlleva un aumento del volumen del plasma sanguíneo, que repercute sobre la elevación de la presión arterial y el trabajo cardiaco”. Asimismo, la experta señala que también conlleva “una pérdida excesiva de sodio que puede tener consecuencias muy graves, incluso producir calambres y reducción de la frecuencia cardiaca”.

Esta obsesión “a veces está asociada a otros trastornos de la conducta alimentaria como es la anorexia nerviosa”. Aunque Rosa García asegura que tambien corren cierto riesgo de padecerla “algunos deportistas por su miedo a la deshidratación”.

Cada persona tiene que adaptarse a su cuerpo, a las actividades que realice a lo largo del día y a la exposición a altas temperaturas a la hora de ingerir líquidos. De cualquier manera, las personas que ya tienen como rutina beber grandes cantidades de agua u otros líquidos deben saber que tiene solución y es eficaz.

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