1. Una cabeza humana sigue consciente unos 15-20 segundos después de una decapitación. Una cucaracha puede vivir hasta nueve días sin su cabeza.
2. Los zoroastrianos en la India dejan los cuerpos al aire libre para que sean consumidos por los buitres.
3. En Madagascar, las familias desentierran los huesos de sus parientes muertos y ordenan un desfile en torno a la aldea en una ceremonia llamada famadihana. Los restos son envueltos en un sudario nuevo y devueltos a la tumba. El antiguo sudario se entrega a un recién casado, sin hijos, para cubrir la cama en la noche de bodas.
4. Nada ecológicos: Los entierros en América depositan en el suelo cada año 827.060 galones de líquidos utilizados en el embalsamamiento entre ellos formaldehído, metanol y etanol. Mientras que la cremación colabora con dioxinas, ácido clorhídrico, dióxido de azufre y dióxido de carbono en el aire.
5. El filosofo Inglés Francis Bacon, fundador del método científico, murió de neumonía en 1626 después de rellenar con nieve un pollo para ver si el frío lo preservaba.
6. Una "erección muerta", un "ángel lujurioso" o una "erección terminal" es una erección post-mortem, técnicamente priapismo, que se observa en cuerpos masculinos que han sido ejecutados, concretamente por ahorcamiento.
7. La mayoría de la gente que muere en incendios no mueren a causa de quemaduras, si no por la falta de oxígeno al inhalar gases tóxicos como el monóxido de carbono, el dióxido de carbono y el cianuro de hidrógeno.
8. El desencadenante de la muerte, en todos los casos, es la falta de oxígeno. Su disminución puede llevar a espasmos musculares o a una fase de “agonía“, de la palabra griega agon, que significa contienda o desafío.
9. Después de morir, las encimas que antes digerían tus comidas empezarán a alimentarse de los tejidos de tu cuerpo. Esto empieza unos tres días después del óbito.
10. El cuerpo ahora tarda más descomponerse que hace un siglo por todos los conservantes que consumimos diariamente.
11. Durante la expansión ferroviaria en Egipto en el siglo XIX, las empresas de construcción desenterraron tantas momias que fueron utilizados como combustible para las locomotoras.
12. En 1907 un doctor de Massachusetts llevó a cabo un experimento en una cama especialmente adaptada e informo que el cuerpo humano pierde 21 gramos al morir.
13. Las cremaciones no son tan buenas si se tiene en cuenta lo que contaminan. Una cremación expulsa al aire gases dañinos, dioxinas, vapor de mercurio de los empastes dentales, acido clorhídrico, dióxido de carbono y dióxido de azufre.
14. Hay unos 200 eufemismos para la muerte en el idioma inglés. Algunos de los más usados son: "se compró la granja" (el dinero que heredaban los familiares de las pólizas era suficiente para comprarse una), "se fue" (como un check-out de un hotel), "mordió la grande", "pateó el cubo", "mordió el polvo", "colgar los zapatos", "puso los pulgares (del pie) arriba", "asumió la temperatura de la habitación (popular en las funerarias).
15. En China, tu familia tiene más suerte cuanta más gente vaya a tu funeral, por lo que es una tradición reunir a cuanta más gente sea posible, incluso aunque no conozcan al difunto. Una manera de lograrlo es contratar a bailarinas exóticas para el funeral. De esta manera está asegurada la asistencia de más gente.
16. Las protesis de silicona explotan violentamente durante las incineraciones y, en caso de ser inhumados, se corrompen junto al cuerpo.
17. En la Europa del siglo XIX había tantas evidencias anecdóticas de personas que fueron declaradas muertas estando aun con vida que los cadáveres eran expuestos en “hospitales para muertos”, los asistentes esperaban a ver signos de putrefacción para que no quedara duda alguna.
18. La costumbre de enterrar a los muertos se remonta hasta hace unos 350.000 años.
19. La pelvis y el cráneo (los huesos del cuerpo con mayor concentración de calcio) son capaces de sobrevivir al horno crematorio prácticamente intactos, aunque calcinados. Las llamas sólo consiguen reducir su tamaño en un 25 por ciento.
20. Los sonidos que se oyen en un cementerio, y que tanta mitología han creado, suelen proceder de la combustión y explosión del gas metano acumulado dentro de los féretros.
