El chocolate es uno de esos alimentos que nos encanta en todo el mundo, y de hecho, es muy raro conocer a alguien a quién no le guste el chocolate.
Pero el producto natural del que procede, el cacao, ya era conocido por las civilizaciones antiguas por las muchas propiedades que tiene, y aunque también tiene propiedades , tanto a nivel cosmético como de nutriente, pero en esta ocasión hablaremos de por qué se le conoce como el alimento de los dioses.
Que la cocoa, como se le conoce por su nombre en inglés, es algo que ya veneraban las tribus y civilizaciones más antiguas es un hecho. Pero en el caso de la azteca, tenemos claras evidencias que se consideraba un alimento que poseía tantas cualidades, que se utilizaba para hacer ofrendas a los dioses. De hecho, su nombre, Theobroma cacao, significa precisamente eso, alimento de dioses.
Pero no solamente los aztecas veneraban a sus deidades usando las semillas del chocolate que a día de hoy se ha popularizado. Los libros de historia demuestran que otra de esas grandes civilizaciones antiguas fue capaz también de darle su valor esencial. De hecho para ellos, el cacao, era en sí mismo una moneda de cambio. Es decir, lo usaban como a día de hoy nosotros hacemos con el dinero.
Pero no se trata de algo casual que las civilizaciones antiguas apreciasen tanto al cacao. De hecho, además de las muchas propiedades que tiene para hidratar nuestra piel, algo que utilizaban también estas culturas en cuanto a tratamientos para las mujeres; es un alimento completo en el más amplio sentido de la palabra. De hecho, investigaciones hechas en Harvard recientemente afirman que quién consume cacao tiene menos riesgos de sufrir problemas cardiovasculares.
Por si todo esto fuese poco, comer chocolate, es decir, procesado ya el cacao y a ser posible en su variedad más pura, es capaz de generar una reacción en nuestro organismo que libera hormonas que nos hacen sentir bien.
Para muchos, es el sustituto perfecto del sexo. Y en parte, también por esto las civilizaciones antiguas le daban tanto valor, ya que lo asociaban a ser un vigorizante sexual.